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- ¡Papi! ¡Cuéntanos de nuevo la historia de "Las crías del dragón", por favor! - Katsuma saltaba muy feliz en su cama
- ¡Si, papi! ¡Por favor! - Mahoro no estaba mejor, ambos cachorros amaban ese cuento.
- Está bien cachorros, Kacchan les contara la historia - el alfa peliverde se sentó en medio de ambas camas y los niños se acomodaron a su lado, sentir las calmadas feromonas de pino y menta, los relajaba ayudándolos a dormir más rápido.
- Bien, bien pequeños mocosos, espero que se duerman, mañana debemos ir con la vieja bruja - dicho esto, el Omega rubio se sentó en una orilla de la cama del pequeño cachorro castaño.
Hace años existieron poderosos clanes de criaturas mágicas, pero todos siendo gobernados por los majestuosos dragones. Por mucho tiempo la tierra vivía en paz y armonía gracias a sus gobernantes.
Pero un día de la nada aparecieron las criaturas de la sombra, llamados demonios, muchas vidas se perdieron a causa de esas feas criaturas, entonces, los dragones intervinieron, pelearon con gran espíritu y pasión, logrando así derrotar a los malos devolviendo su era de paz.
Todos creían que esa guerra había terminado, pero el rey de los demonios juró venganza y dos siglos después volvió para cumplir su promesa de vengarse.
El antiguo rey de los dragones había muerto de vejez dejando a su hijo Ukuzi un dragón de hermosas escamas verdes al mando, aquel joven dragón entreno para este día, el día de la venganza del mal.
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Nunca esperaron que el enemigo sea mucho más fuerte, descubriendo la debilidad de los dragones, los mato lentamente en un ataque sorpresa. El nuevo rey Ukuzi sabía que iban tras su familia, así que le pidió a su esposa Okacho que huyera con los huevos de sus cachorros.
