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Katsuki viajaba muy cómodo sobre el lomo de un lobo de pelaje verde y esponjoso, tiene 4 días de haber despertado y la cosa esa que cambiando formas lo ha tratado bien, deteniéndose cuando él quiere hacer sus necesidades, consiguiéndole comida y encontrando ríos, lagos o algún lugar en el que se pueda bañar, en esos días siempre tiene una forma diferente, pero todas son verdes.
Por alguna extraña razón que no conoce, no quiso huir del chico pecoso, se sentía bien estar cerca de él, se podría decir que lo tenía consentido al hacer todo lo que el quisiera. Pero aún no sabe a dónde lo lleva, hasta pareciera que está perdido.
- Oí - jalo un poco del pelaje y el lobo se detuvo para verlo - ¿A dónde vamos? - el animal siguió su camino
- Con mi clan... - el lobo peliverde seguía caminando y olfateando a los lados - <No tengo la certeza de encontrar a alguien vivo, pero si la hay, tal vez sepa o tenga alguna idea del porque me siento atado a ti> - lo pensó, en alguna otra ocasión le contara su historia al rubio.
- ¿Sabes si quiera en donde están? Me estoy cansando - el rubio jalo una manzana que tenía en su bolsillo y se la empezó a comer
El lobo por el contrario se puso nervioso, no podía decirle que no sabe en dónde está su clan y que solo está intentando encontrar algo que los guíe a los demás -S-si sé dónde están - cuando vio el rubio lo veía confundido cambio su expresión a una más sería - Y ¿Cómo puedes estar cansado si ni siquiera estás caminando? - cambio de tema para que no sepa que está perdido
- ¡Ha! Es incómodo estar en tu pelaje que apesta a perro mojado - el rubio se levantó y se sentó aún en el lomo, pero estaba mintiendo en eso, estar sobre el lobo era cómodo y a su parecer tener aroma a menta.
- Entonces ve tranquilo ahí y ya deja de hacer que pierda el tiempo - el peliverde empezó a caminar más rápido aún en su forma lobuna
- Tu eres quien no para de Procrastinar conmigo y así nunca llegaremos con tu clan - expresa el rubio con enojo
Pero de pronto el lobo se detuvo y se sentó, dejando caer a Katsuki de trasero al pasto, el peliverde se alejó un poco y se transformó en su forma original, a pasos lentos y pesados se acercó al rubio de nuevo y con una sonrisa y ojos brillantes le dijo
- Ahora te enseñaré a de verdad procrastinar conmigo - lo jalo de un brazo y se lo hecho en el hombro
- ¿Ha? Bajame maldito jirafa - empezó a patalear y golpear con sus pequeños puños la espalda de Izuku.
El otro por el contrario veía un buen lugar para poder acostarse, estos cuatro días se a contenido las ganas de tener sexo y ya no cree aguantar más, así que será ahora o nunca.
