— Hoy serás excavadora, granjera pitufa —Aquello la molestaba en serio, ese maldito apodo, si seguía así, todos en el claro la terminarían llamando eso
— ¿Puedes dejar de llamarme así? Me irrita
— Vaya, parece que alguien se a levantado con el pie izquierdo ¿Es por la conversación que has tenido con Minho? —preguntó levantando una ceja, divertido
— No, y en cuanto a eso, tenemos que hablar de un tema algo serio...
— Cuéntame
— Ahora no, luego cuando terminemos la jornada, ahora quiero saber quiénes son los excavadores —Lilith estaba algo sería, lo que Minho le había dicho le había afectado algo
— Son los que trabajan en los Huertos: labran, quitan hierbajos, plantan las flores y ese tipo de cosas
Lilith asintió sin apartar la mirada del camino— ¿Quién es el guardián?
— Zart, es un buen hombre, siempre y cuando no te escaquees de tu trabajo...
Lilith pasó la mañana con el guardián de los Huertos «rompiéndose el culo a trabajar» no sabía el por qué pero se acordó de Newt ante aquella expresión. Zart era un chico alto con el pelo negro y por alguna extraña razón olía a leche agria. No hablaba mucho, pero le enseñó cómo funcionaba todo hasta que supo hacerlo ella sola. Quitar malas hierbas, podar un albaricoquero, plantar semillas de calabaza y calabacines y recoger verduras.
No la entusiasmaba y, más bien, ignoraba a los otros chicos que trabajaban con ella, pero no lo detestaba tanto como lo que había visto hacer a Winston en la Casa de la Sangre
Lilith estaba desherbando con Zart una larga fila de maíz tierno cuando decidió entablar una conversación con el guardián
— Oye, Zart —dijo
El guardián levantó la vista para mirarle, luego, volvió a si trabajo. El muchacho tenía los ojos caídos y una cara larga; por algún motivo, parecía tan aburrido cómo podría estarlo cualquiera
— ¿Si, verducha? ¿Qué querés?
— ¿Queda algún trabajo más aparte de los que he hecho? —preguntó Lilith, curiosa
— Bueno, te quedarían los maperos, los corredores, los embosladores, los deambulantes... Pero esos trabajos no creo que los pruebes
La mayoría de las palabras eran fáciles de entender, pero Lilith se preguntó que significaría un par de ellas
— ¿Qué es un deambulante?
— Eso es a lo que se dedican los pingajos que no pueden hacer otra cosa. Limpian los lavabos, las duchas, la cocina, la Casa de la Sangre después de la matanza..., Todo. Si pasas un día con esos, se te quita la idea de ir por ese camino; te lo digo yo —respondió el chico, continuó con su trabajo, ella hizo lo mismo
— ¿Los embolsadores? Sé que se dedican a lo de los muertos, pero no creo que se mueran cuatro o cinco al día...
— Esos tíos dan miedo. También actúan como guardias y policías. A todos les gusta llamarlos embolsadores... No te tocará, pero sería divertido verte intentando pararle los pies a algún idiota que se dedique a robar la comida de Fritanga —Se rió por lo bajo. Era la primera vez que Lilith le oyó hacerlo y lo encontró simpático. Ella sonrió y también rió
— Dan miedito —repitió ella con una voz divertida, ambos se volvieron a reír
— ¿Los maperos? ¿A qué se dedican?
ESTÁS LEYENDO
ᴍʏ ᴅᴇᴀʀ ɢʀᴇᴇɴɪᴇ (иєωτ γ τυ)
Fiksi Penggemar¿Y si Teresa no es la primera chica en llegar al claro? ¿Y si la carta a Thomas no es la primera que Newt hace? . . Todos contemplan con asombro la llegada de la caja que trae consigo una chica. . . . . LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, PERTENECEN...