Primero A

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Llegamos tarde a mi departamento, así que estaba demasiado cansado como para ver la reacción de Grace a un tan hermoso hogar. Pero no pude evitarlo.
Okey, lo confieso, soy devastadoramente rico. No me gusta decirlo, pero es cierto. Hasta mis padres tienen una lujosa casa. ¿La causa? Mis padres tienen una famosa marca de vinos que venden mundialmente.
Grace gritaba:
-¡John! ¡Eres muy rico! Sin ofender, pero ya le vi un lujo a ser tu esposa.
Los tres reímos pero a Grace se le fue rápidamente la emoción porque el cansancio la atormentaba. Además de que mañana partiríamos temprano a nuestra supuesta luna de miel.
Podía ser adinerado, pero en mi casa estaba mi cama y un sofá. Jason y yo nos ofrecimos dormir en el sillón (que por suerte se hacía cama) para que ella duerma en mi cama. Y de pronto, quedamos dormimos.
Dormí mal toda la noche, Jason siempre se me estaba acercando a mi lado de la cama, qué molesto dios.
6:00 a.m: Nos despertamos.
7:00 a.m: Ya bañados, fuimos a desayunar.
8:00 a.m: Luego de sacar las latas y el cartel del auto de casados, revisamos que estuvieran todas nuestras valijas y zarpamos.
La mentira: Nos iremos a Cuba los dos solos por una semana a un hotel muy lujoso pero desafortunadamente se nos van a romper nuestras cámaras y no vamos a poder enviar fotos.
La verdad: Nos iremos a Boston con Jason por una semana a su departamento pero desafortunadamente voy a tener que dormir con él de vuelta.
Luego de varias horas llegamos al departamento de Jason, un edificio viejo y roto donde deberíamos parar una semana para que nuevamente duerma con Jason.
No dormir con él de "esa manera".
Entramos al hogar. En la puerta decía primero A.
Un living comedor compartía el primer ambiente con una cocina diminuta. Por otro lado, el otro ambiente era un cuarto con cama grande y un baño. Grace dormiría en el sillón y Jason y yo en su cuarto. Creo que tenía más ganas de dormir con Grace.
Luego de desempacar, todos comimos unas Maruchan instantáneas. Y se fue la cena muy rápido porque no nos parábamos de reír sobre la comparación que hacíamos entre mi departamento y el de Jason.
Creo que me agradaba Grace. Era una chica muy relajada y graciosa. Tenía sentido del humor pero también la sentía muy intelectual.
Pasadas las doce, nos fuimos a dormir, aún matándonos de risa.

Nos despertamos tarde. Como a las doce. Jason se había ido hace rato, se tenía que ir a trabajar temprano. Había dormido perfectamente, Jason se mantuvo quieto y tranquilo. Supongo que no hay hogar como el hogar.
Primero me levante yo y luego, fui por Grace.
-¡GRACE TIENES UNA RATA EN LA CARA! -le grité al oído-.
Se levantó asustada, sabiendo que era una posibilidad que haya ratas. Pero luego me empujó y se río.
Ese día decidimos saltear el desayuno e ir a almorzar a algún lugar por ahí. Tomamos el metro y fuimos al restaurante Tenoch Mexican.
Todo estaba demasiado picante, no sé cómo Grace lo aguantaba, en varias ocasiones tuve que ir al baño a lavarme la boca.
Salimos después de una cara cuenta y paseamos por Fulton Street.
-Y... ¿cómo supiste que eras gay?
-No lo sé. Me enamoré de un chico en la secundaria pero al decirle que él me gustaba me pegó una piña y se lo hizo saber a todos. Me mandaron a dirección y luego me dijeron que eso estaba mal.
-Mira, yo concuerdo con ellos -comentó con un tono gracioso-.
-¿Te gusta la Nutella Grace?-le dije mirándola a los ojos-.
-No, te había dicho anoche.
-A mí me gusta la Nutella-le respondí-. A ti te gusta bailar, a mí me encanta escribir, a vos te gusta la Coca y a mí, pintar. Son gustos diferentes. Es como si dijeras que ser judío esta mal tan sólo porque no eres judía.
-Pero esto es diferente, esto es sexualidad.
-No es tu sexualidad, es la mía. No te debería molestar. Pero el problema es que el ser humano tarda en adaptarse a lo diferente. Pero ya se está aceptando. Como en San Francisco. ¿Escuchaste algo sobre Harvey Milk?
-Si, lo vi. Lo sé, pero tienes que entender...
-Sé que cuesta, no pasa nada Grace.
Me sonrío y durante un tiempo nos quedamos callados.
-¿Quieres ir al acuario John?

Estuvimos en el acuario por mucho tiempo. Fue muy divertido. En un momento le dijimos a un guardia si nos podíamos llevar un pez para la cena. Jaja.
Nos llegó un mensaje de Jason, estaba saliendo del trabajo. Le dijimos que venga al acuario.
Salimos y después de un rato, llegó con el auto de casados. O mejor dicho su auto.
No entramos al acuario, sino que fuimos a una especie de puerto cerca del acuario. Ya se estaba poniendo el sol y teníamos ganas de sacarnos algunas fotos para mandárselas a mis padres por mi celular. Sí, ya estaban pidiendo fotos aunque sabían que nuestra supuesta cámara estaba rota.
Con el mar y la puesta de sol se podía decir que eso se parecía a Cuba.
Levanté a Grace en mis brazos y Jason nos sacó varias fotos. Grace afirmaba que no estaba gorda, porque para que yo la alce con mis inexistentes músculos tendría que estar flaca.
Fueron carcajadas hasta que el sol cayó al agua.
Y los tres callamos.
Y sólo observamos el momento.

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