Truth

Distraido

Y luego de todo eso, pasó una semana.
Esa misma noche Grace se fue del hospital, cada vez más unida a Ed, quien iba a ser el padre de ese bebe no importara que.
Grace al hablarme se veía tímida y confundida, solo quería abrazarlo a Edward todo el día.
Por eso decidí que Grace se mude.
Grace se fue a dormir con Ed y a la mañana siguiente, fui a lo de Ed con sus valijas empacadas(que por cierto eran bastantes pesadas).
Estaba realmente agradecida, contenta de vivir con su amor.
-Pero John, ¿y qué hay del matrimonio falso?
-Nos divorciaremos, si quieres. Pero... ¿tu quieres la ciudadanía de Nueva York?
Grace lo miró a Ed profundamente.
-No, rompe ese maldito contrato.
Y cuando volví a casa, rompí el contrato y lo quemé, después de contratar un abogado para que nos divorcie.
Lo que faltaba era decirle las noticias a mis padres, la verdad.
Los visitamos inesperadamente Grace, Ed y yo.
Nos invitaron un té y preguntaron a qué se debía todo esto.
-Mamá, papá-les dije- Grace y yo somos un matrimonio falso. Solo nos casamos porque ella quería la ciudadanía de Nueva York y yo...yo quería encubrir que soy gay. No estoy enfermo, simplemente soy así y espero que me acepten como soy.
-Oh John, ya sabíamos que eras gay, lo supimos desde siempre, pero nunca pensamos que tendrías el valor para decírnoslo. Pero me parece un descaro que nos hayas mentido con la boda. Oh, pero ya está. Eres nuestro hijo y te amamos-respondió mi mamá-.
-Eso no es todo...-comenzó a decir Ed-Grace y John bueno, tuvieron relaciones y Grace y yo también...y Grace esta embarazada de John pero los tres decidimos que Grace y yo lo criaríamos.
Mis padres quedaron atónitos
Nos echaron en un santiamén.
Pero llamarían el fin de semana, tal como lo hicieron, diciendo que nos perdonaban.
Y las cosas mejoraban.
Grace decidió empezar un curso de moda esa semana, y Ed la apoyó como siempre.
Y yo, seguí escribiendo mi proyecto, el cual casi terminaba, y pensaba en Jason. Mi vida era espléndida, superé mi miedo a decir quién realmente era y mi salud y trabajo subían cada vez más. Pero siempre estaba Jason en mi cabeza, quien me distraía de todo. Quien me distraía de esa aburrida y larga semana en la que casi no vi a Grace ni a Ed, quienes estaban ocupados decorando el cuarto del bebe.
Y así, llegó el viernes.
Tomé una botella de vino y comencé a ver Los Puentes de Madison.
Y en el medio de la noche, ese ángel misterioso tocó la puerta.
Y le abrí sorprendido.
Y ni pude terminar de ver la película esa noche porque estábamos muy distraídos besándonos Jason y yo.