Un infierno

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La reacción de Grace al saber que era gay fue catastrófica. En esas épocas ser gay estaba mal visto y creían que era una seria enfermedad que si "no se curaba" te llevaría a prisión y luego a la muerte. Hasta creían que podía llegar a ser contagiosa. Era tan injusto. Ver cómo ella reaccionó me junto agua en los ojos. Traté de esforzarme por no llorar pero lo que no pude evitar fue una cara de descontento.
Primero ella se paró y me gritó que era un enfermo. A esto le siguió el tratar de abrir la puerta que estaba cerrada y pedir a gritos que abran la maldita puerta.
Pero Jason se quedo quieto.
-¡QUE ME DEJEN SALIR DE ESTE LUGAR DE MIERDA PUTOS ENFERMOS!
Mis nervios se estaban acumulando.
-¡IRÉ CON LA POLICÍAS Y TE ACUSARÉ ESTÚPIDO HIJO DE PUTA!
Ya no podía aguantar, las manos me temblaban.
-¡DÉJAME SALIR, MARICA DE MIERDA!
Me paré de la silla y le pegué una cachetada en la cara dejándola callada. Jason estaba con la boca abierta. Estaba humillada. Pero había hecho lo correcto. Lo sabía.
Me senté y luego de un rato, ella también lo hizo.
El silencio dominaba el cuarto. Todos esperábamos a que Jason diga algo.
O no diga nada.
O yo diga algo.
O me vaya de ese infierno.
Pero Jason pudo hablar. Empezó a contarle a Grace como había sucedido este plan del matrimonio.
Pero aún así sabía que ella no estaba escuchando. Que estaba pensando.
Pero no sabía en qué.

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