saturno ;; minsung

O 6 1; Mɪɴʜᴏ

Antes de llegar al lugar, paré en un supermercado para comprar comida ya que la que habíamos traído se había acabado de lo poca que era.

Después de esa parada, seguí conduciendo mientras Jisung ponia alguna canción, pero aún así, a Jisung se le estaba acabando la paciencia. Él era así, quería que las cosas terminen o comiencen rápido.

Minutos después nos encontrábamos subiendo el camino de la montaña a media hora del atardecer. Jisung habia pegado su vista por la ventana y la música había dejado de sonar ya que no había puesto más canciones.

Ya habíamos llegado y aparcado. Jisung bajó del coche parándose en seco al ver dónde estamos.

—¿Me quieres hacer llorar? —Se giró para mirarme indignado. Pensaba que traerlo al mismo lugar en el que nos reconciliamos sería la mejor opción.

—No —Cerré la puerta del asiento del piloto y di la vuelta al coche para ponerme a su lado —solo te quiero hacer feliz.

Al escuchar eso, Jisung me miró, sonrió con los ojos vidriosos y me abrazó por la cintura. Yo me reí al verlo a punto de llorar.

—Oh, Jisung —Lo abracé aún más —no llores cariño —Dejé de abrazarle para agacharme un poco y quedar frente a él.

Se había tapado la cara con sus manos, como siempre hacía cuando algo le daba vergüenza.

—No hay nada de lo que tengas que avergonzarte, estamos solos —Le dije alejando sus manos de la cara y limpiando sus lágrimas con ambos pulgares mientras él reía avergonzado —Vamos —Le di la mano y comenzamos a caminar hasta llegar al lugar.

Pasamos la señal de aviso y nos sentamos en el borde, justo el momento perfecto.

El atardecer.

—¿Te dije por qué me gustan los atardeceres? —Me dijo Jisung mirando la ciudad con fascinación.

—Si —Lo miré, sus ojos brillaban cada vez que miraba el sol caer —pero... ¿puedes repetirlo? Me gusta cuando dices el porqué —Jisung me miró, rió y me dio un golpe suave en el hombro sonrojado.

—Ahora es diferente —Me dijo volviendo a mirar el atardecer —es porque los dos atardeceres más bonitos que he visto han sido contigo a mi lado.

Sentí como lentamente me sonrojaba, me ponía nervioso y sonreía como un bobo.

A eso se le llama efecto Jisung.

—No es para tanto —Me rasqué la nuca riendo nervioso.

—Quizás son los más bonitos porque son en los que estamos juntos —dijo sonrojado mirándome.

Media hora después, fui al coche a traer la comida mientras Jisung me esperaba, en cuanto me senté a su lado de nuevo, me perdí mirando su perfil.

En sus ojos parecían estar impresas las luces como si fuesen estrellas.

En cuanto él se dio cuenta, agarré la bolsa y volví a mirarlo. Ya había anochecido y desde aquí se veían muy bien las estrellas.

Ambos nos sentamos bien, uno en frente del otro y Jisung abrió una bolsa de patatas que traje. Él me ofreció, pero yo no quise.

Yo me quedé mirándolo, como si estuviese hipnotizado, de nuevo el efecto Jisung.

—Minho —Me llamó Jisung —toma —me ofreció un batido, esta vez era de fresa porque el de chocolate lo quería él.

—Gracias —Lo tomé, lo abrí y comencé a tomarlo.

Giré mi vista para mirar la ciudad, las luces de todos lados hacían una explosión de colores muy bonita.

Pude notar a Jisung mirarme, y cuando me giré a verlo, él se giró rápidamente.

—Jisung

—Dime —Me miró.

—Sabes que te quiero ¿verdad? —Él seguía mirándome, esta vez sonrojado y dejé de mirarlo.

—Supongo —Yo lo miré enseguida.

Me levanté, saqué mi móvil y aleatoriamente seleccioné una canción. Jisung me miró confundido cuando le acerqué mi mano para que se levante conmigo.

Segundos después comenzó a sonar Mars de Taemin.

—No tengas vergüenza —Lo miré a los ojos, los cuales estaban llenos de timidez y vergüenza —no hay nadie a nuestro alrededor.

Dejé mi movil en el suelo mientras sonaba y coloqué mis manos en la cintura de Jisung.

—¿No sabes bailar? —Le pregunté al verlo aún más tímido que antes, él negó con la cabeza —no pasa nada, yo tampoco sé.

Jisung rió. Colocó sus manos en mis hombros y apoyó su cabeza en mi pecho, haciéndome sentir un cosquilleo por todo el cuerpo.

Comenzamos a bailar como dos niños pequeños que acababan de aprender a caminar.