O 7 9; Jɪsᴜɴɢ

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Abrí los ojos para darme cuenta de que estaba en tumbado en mi habitación con todas las luces apagadas y las persianas bajadas.

Miré a mi alrededor cuando mis ojos ya se habían adaptado a la oscuridad y me levanté de la cama con cuidado.

Intenté recordar lo que había pasado antes de haberme dormido, pero por alguna extraña razón no podía hacerlo.

Abrí la puerta de mi habitación para entrar a la cocina, donde estaba Minho sentado de espalda a la puerta. Solo estaba iluminado por una luz, la cual no recuerdo haber visto en mi vida, y miraba hacia abajo, como si hubiese algo en la mesa que estaba viendo.

-¿Minho? -Lo llamé intentando recibir su atención, pero fue todo lo contrario. Minho ni se inmutó.

Me acerqué lentamente hasta quedar a pocos centímetros de su espalda, seguia sin moverse, a lo que respondí sentándome en la otra silla que quedaba frente a él.

En cuanto vi lo que había sobre la mesa mi cuerpo se heló por completo, y con total desesperación intenté alejarlo de Minho. Él había colocado su mano sobre mi cuaderno rojo justo antes de intentar quitarlo de ahí.

-Jisung -Su voz resonó en mi cabeza -¿Jisung estás bien? -Me preguntó con un tono preocupado. Noté sus manos en mis hombros.

Pero yo solo veía en negro.

Abrí los ojos, los cuáles me picaban, hasta que me di cuenta de las lágrimas que estaban a punto de caer.

-¿Jisung? -Minho, quien se había puesto de pie junto a la cama, me miraba preocupado.

Yo no hice más que abrazarlo. Minho estaba sorprendido pero aún así me abrazó.

Se separó de mi para ir a buscar papel higiénico y darmelo. Lo miré con vergüenza.

-Jisung -Dijo sentandose en la cama junto a mi -No quieres hablar de eso ¿verdad?

-Yo... -¿Acaso había leído mi mente? Apenas era capaz de comprender lo que acababa de pasar -no estoy seguro -añadí mirando hacia abajo, intentando evitar su mirada.

-No hace falta -Dijo dejando caer su mano sobre mi muslo, un gesto que siempre hacía cuando quería que le mirasen a la cara, aún así no lo hice.

Inconscientemente levanté mi vista hacia el escritorio, donde había dejado mi cuaderno rojo, estaba agradecido con el hecho de que seguía ahí.

-Jisung -Me llamó Minho -Mírame, por favor.

-Jisung -Me llamó Minho -Mírame, por favor

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saturno ;; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora