Después de nuestra visita a la habitación de la lluvia, Albano me estuvo mandando mensajes durante varios días, algunos sólo para ver como estaba, otros graciosos y rebuscados. Recuerdo sonreír como idiota con uno que decía lo siguiente:
No hay caso. No puedo pintar. Necesito verte.
Yo me empeñaba por sonar desinteresada y fría. No quería dar la idea de estar servida en bandeja, con una manzana en la boca, y una pose de revista condicionada, sin importar lo mucho que me gustara. No estaba segura de cómo saldrían las cosas, asique prefería ir despacio Confiar en alguien es en cierto sentido darle poder sobre ti, y no estaba lista para eso. Aunque lo confieso, pensar en mi beso con Albano, hacía que sienta cosquillas, y mis pómulos automáticamente dejaban de obedecerme, se rebelaban contra mí, haciendo que me avergüence. Escondía la cara entre mis manos al menos tres veces al día. Es curioso como a veces, sabiendo exactamente lo que sentimos, nos empeñamos en negarlo, como si quisiéramos exorcizar un pedazo de nuestro propio corazón.
Una tarde como cualquier otra volvía a casa desde la universidad, ese día estaba particularmente distraída, había comenzado a mirar pisos para finalmente independizarme. Había visto uno, no muy lejos de mi actual hogar, tenía una habitación en la que perfectamente podía armar mi laboratorio, y un salón muy grande con ventanales del piso al techo, se veía toda la ciudad y la estancia quedaba inundada por la luz pálida de Londres.
Estaba ensimismada intentando no prestar atención al ensordecedor ruido del tráfico de la hora punto, cuando comencé a sentir unos pasos detrás de mí, alguien me estaba siguiendo. Intenté perderlo a la vuelta de una esquina, pero no pude, era rápido. Me di la vuelta con disimulo, para ver quién era. Quizás mi cabeza paranoica me estaba jugando una mala pasada. Era alguien en sobretodo negro. Alto. Estaba por echar a correr, cuando se abalanzó sobre mí. Al tenerlo de cerca noté que era un chico, mayor que yo. Me arrinconó contra una pared, con una cara de psicópata digna de las mejores películas de terror. En una situación así lo lógico sería haberme sentido asustada, pero la verdad sólo estaba confundida, no entendía qué diablos estaba pasando, y me quedé con la boca abierta, con la expresión más vacía que puedan imaginar, mientras mis ojos lo recorrían de arriba abajo. Mi instinto de supervivencia claramente había cogido las maletas y se había largado de mí. Era alto, de espalda ancha, tenía cabello y ojos negros. Y un fino rastro de bello por encima de su labio superior. Iba vestido todo de negro. No tenía pintas de ser un asaltante.
- Que asco – Dijo el extraño con una mueca de disgusto mientras me cerraba la boca con un dedo. Me tocaba como si fuera a transmitirle una enfermedad terminal.
- ¿Qué diablos..? – Intenté zafarme mientras decía la frase pero no pude. Su agarre era firme.
- Escúchame puta de cuarta – Me tomó de la barbilla apretándome las mejillas, me estaba haciendo mucho daño – Quita esa cara de opa y pon atención en lo que te voy a decir. Aléjate de Albano Rainer.
- ¿Sólo porque tu lo dices? – Lo miré a los ojos desafiante intentando sacarle más información, no tenía idea de quién era. - ¿Quién se supone que eres?
- Alguien que te romperá los dedos de tus sucias manos si vuelves a tocarlo – me soltó con fuerza.
- ¿Estás demente?. – Definitivamente me había vuelto loca, le estaba gritando a un tío con pinta de gánster, que acababa de amenazar con torturarme.
- A ver si lo entiendes Usher, yo mando aquí, si te digo que te alejes de Ban te alejas. Y punto. O le dices a tu jodido padre que la familia Kray le manda saludos.
¿Familia Kray? No puede ser. Este tipo era un gánster, era un gánster de verdad. No era idiota, reconocía el apellido. ¿Cómo era posible que Albano esté involucrado con ellos? Aquello me sentó como un balde de agua fría.

ESTÁS LEYENDO
Furiosos Pétalos
RomanceA veces no se trata de encontrar a tu alma gemela. A veces sólo se trata de encontrar a una persona cuyos demonios se entiendan perfectamente con los tuyos. "No sabía qué clase de demonios lo atormentaban. Pero estaba dispuesta a salvarlo, incluso d...