Capítulo 23. El beso

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Álvaro: ¿me estás diciendo que tu madre se encuentra en el coche de al lado del nuestro? -Mira cómo asiente su querida acompañante y alumna bastante inquieta, por lo que pregunta en seguida- ¿y ahora qué hacemos? -echa un vistazo rápidamente por la ventanilla de Abril, ya que están parados en un semáforo y no pueden hacer nada para evitarlo.

Abril: no lo sé, no lo sé -repite angustiada, intentando pensar en una solución o en algo que pueda hacerla pasar desapercibida...

Álvaro: ¿y se puede saber quiénes son los niños que van con tu madre? -pregunta aparentando calma, pero comenzando a ponerse nervioso.

Abril: -no puede evitarlo y grita algo histérica- ¡¿Y eso que importa ahora mismo, Álvaro?! -no tiene ni la más mínima idea de cómo salir de esa situación y tampoco se le ocurre nada para que no la pillen junto a su profesor de Filosofía.

Álvaro: importa más de lo que crees... -Dice haciendo una pausa y justificándose bastante serio- porque el chico que va en el asiento de copiloto no deja de mirarte.

Abril: -al oír eso le da la espalda a la ventanilla por completo, para que los del vehículo de al lado no le vean la cara, y se queda mirando detenidamente a Álvaro, a la vez que aclara a toda velocidad- ese es Julio. -Sube el volumen entrando en pánico- ¡Mi hermano!

Álvaro: -Se asombra al escuchar lo último que ha dicho, pero en seguida transforma su cara de sorpresa en una de intranquilidad, observándola un poco más y comentando preocupado- Abril, estás pálida. -Entonces, para intentar calmarla, empieza a acariciar su mejilla con delicadeza- Respira hondo, ¿vale?

Abril: -no puede concentrarse y mucho menos relajarse, ya que no para de sentir el peso de una mirada sobre ella, proveniente de donde menos le gustaría.

Mientras tanto

Julio: Mamá, a Marcos lo puedes dejar en esa calle -señala por donde tiene que tirar, esperando a que cambie de color el semáforo.

Eva: vale, perfecto, -se dirige hablando a los demás chicos que van en el coche- a vosotros os dejo donde siempre, en vuestra casa, ¿no?

Salva y Adrián: -contestan amablemente- Sí, por favor, Eva.

Julio: -se queja, rodando los ojos- Mira que son lentos estos semáforos...

Eva: tampoco hay prisa, -pone música en la radio, pero cuando la enciende ésta suena demasiado alta.

Julio: ¡Ay! -se asusta al principio, pero en seguida acerca la mano para bajar el volumen. Y en ese momento ve por la ventanilla del lado contrario a una chica muy parecida a su hermana, en el asiento de copiloto de un coche que no ha visto en su vida, junto a un joven que tampoco conoce, pero que por lo que parece es el conductor y un chico algo mayor... ¿Qué solamente lleva puesta una chaqueta negra? -piensa sorprendido- ¿Y dónde tiene este tío la camiseta?

Eva: que callado estás ahora, ¿pasa algo? -le pregunta a su hijo con curiosidad- ¿la música te ha comido la lengua o qué? -bromea con una sonrisa en la cara.

Julio: no, -se anima a decir sin apartar la mirada de la que cree que es su hermana- no es precisamente eso por lo que estoy en silencio.

Eva: ¿entonces? -frunce el ceño, esperando a que le aclare la duda.

Julio: fíjate en los del coche de al lado. -Hace un gesto con la cabeza señalándolos.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2021 ⏰

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