Enganchada por amor

Capítulo 20. Esto te va a encantar

Mateo: -Se queda petrificado a escasos metros de Abril sin añadir nada más, esperando que responda a sus preguntas, a las tres anteriormente hechas, para ser exactos.

Abril: -Mira a sus amigas de reojo empezando a ruborizarse, bastante inquieta por lo que ha escuchado su compañero y por lo que puede hacer o pensar al respecto, pero cuando quiere decir algo no es capaz de pronunciar ni una sola palabra, se encuentra completamente en blanco, fijándose en la cara de espanto, horror, extrañeza y duda, sobre todo esto último, que no puede evitar poner Mateo.

Ana: -entiende que como no intente arreglar lo que acaba de pasar, al haber gritado a viva voz lo de la cita con Álvaro el martes, su amiga va a estar en graves problemas, al igual que su profesor de Filosofía, por lo que decide echarle un cable diciendo lo más rápido posible- ah, espera, -sonríe un poco- Álvaro, el primo de Laura, ¿no? -levanta una ceja observándola bastante.

Abril: -Está a punto de preguntar qué quién es Laura, pero se muerde la lengua al notar como Carla le da un codazo sigilosamente por detrás de la silla para que entre en razón, ya que ella ha captado lo que está intentando hacer Ana al
instante, así que al cabo de unos segundos asiente con la cabeza y responde- claro, el que os comenté el otro día, -no puede evitar fijarse en cómo Mateo frunce el ceño, ya que le cuesta mucho no mirarlo descaradamente, al querer ver si se está creyendo algo de lo que están contando.

Carla: sí sí, ¿cómo no te vas a acordar Ana?, -agrega irónicamente- si llevan hablando ya bastante tiempo, -rueda los ojos, tratando de actuar lo mejor posible, añadiendo- es el de la Costa, que vive cerca nuestra.

Ana: -se defiende haciéndose la indignada, claramente para darle credibilidad a la historia que están creando e inventando- ya, si eso lo sabía, lo que no me había dicho era lo de la cita, -se encoge de hombros- por eso me he puesto así.

Abril: -se muerde el labio un poco nerviosa- perdona, te lo iba a comentar ahora después, porque no me dio tiempo antes. -Miente, moviendo las manos agitadamente por encima de sus piernas.

Ana: ah bueno, -sonríe un poco- esta vez te lo dejo pasar, pero solo porque eres tú. -Le guiña un ojo para que se relaje.

Abril: -le devuelve la sonrisa, intentando aparentar calma.

Mateo: -observa la escena callado sin perderse detalle de lo que hacen, ya que no está seguro de que digan la verdad, al tener en mente diferentes posibilidades, de las cuales destacan considerablemente dos: la primera, que todo sea una farsa y que se trate del profesor, y la segunda, que realmente vaya en serio y sea cierto lo del tal Álvaro ese que conocen de la zona en la que viven.

Abril: -se anima a preguntarle a Mateo, mirándolo cómo si no pasara nada que le incumbiera en absoluto- ¿y tú querías algo? -seria cruzándose de brazos y elevando las cejas para mostrar incertidumbre e intriga.

Ana: -rueda los ojos comentando en voz baja- además de cotillear y escuchar conversaciones ajenas...

Carla: -se le escapa una sonrisa, al ver lo bien que disimula Ana y al escuchar las ocurrencias que tiene.

Mateo: -estaba sumido en sus pensamientos, específicamente debatiendo entre si era verdad o mentira lo que decían sus compañeras, por lo que no esperaba para nada esa clase de comentarios, pero finalmente se dispone a contestar- sí -piensa bien lo que va a decir y continúa- quería hablar contigo sobre el trabajo que tenemos que hacer juntos -añade, mirándola fijamente a los ojos- de Griego. -Entonces escucha como una persona entra en la clase interrumpiéndole al momento, algo que le molesta bastante y que se ha vuelto muy frecuente en su día a día, ya que no es ni la primera ni la segunda vez que le pasa.