Capítulo 18. ¿Me has escuchado?

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Abril: -tiene demasiadas cosas en la cabeza y se empieza a agobiar, sobre todo al ver cómo Bernarda espera ansiosa una explicación por haber interrumpido su clase de nuevo, a pesar de haber sido muy clara, se podría decir que transparente, la primera vez que lo hizo, hace tan sólo unos minutos.

Así que trata de pensar algo que decir, mientras está bastante tensa mirando de reojo a Carla, otra cosa que necesita solucionar, al igual que lo relacionado con Álvaro, pero cree que es mejor ir por partes y centrarse en lo más preciso, que en esos momentos es salir del paso y arreglar todo lo que está liando con su profesora de Lengua.

Bernarda: -se encuentra bastante indignada y cabreada, por lo que pregunta con muy mala leche sin apartar la vista de su alumna, la cual tiene justo delante- ¿qué pasa ahora para que te levantes de esa forma tan brusca? -amenaza- Más te vale que haya ocurrido algo serio y que lo que tengas que decir suene convincente, porque estás a esto -hace un gesto con los dedos dejando muy poca separación entre ambos, indicando que le falta muy poco- para que te eche de la clase, encima que acabas de llegar -añade irritada- y ya de por sí molestando.

Abril: -la escucha empezando a palidecer y dejando la mente en blanco, ya que esa mujer impone hasta tal punto que sientes que no puedes mentirle o casi ni hablarle, porque si lo haces tienes que ponerte en lo peor y tener claro que no te espera nada bueno.

Bernarda: -más histérica todavía, gritando- ¡Oye! -da una palmada cerca suya para captar toda su atención- ¿Te encuentras bien? Que parece que has visto un fantasma, estás más blanca que la pared.

Abril: -decide responder para no pasar más vergüenza y sentirse peor de lo que ya lo está pasando, algo muy complicado pero no imposible, al tener que ver con su magnífica y amada profesora, diciéndolo irónicamente por supuesto- Ejem... -Mira hacia todas partes buscando inspiración- si si, me encuentro bien, antes es que me mareé, -hace una pausa rodando los ojos- pero ahora ha sido otra cosa, -procura ganar tiempo para que se le ocurra una buena excusa que no suene rara, ni la haga sospechar.

Bernarda: enhorabuena, pero eso no me interesa en este momento, quiero saber por qué te has levantado así de tu asiento. -Dice cruzándose de brazos, mientras la mira seriamente.

Abril: yo, yo... -agacha la cabeza, sin ocurrírsele nada lo suficientemente convincente para que no le caiga una buena bronca, cuando en seguida se asombra al escuchar como alguien con una voz que se le hace conocida se levanta de golpe de su silla y trata de meterse en la conversación.

Mateo: -interrumpe y se une apresuradamente al tema, explicando- lo que quiere decir mi compañera, -hace énfasis en esto último, dirigiéndose a Bernarda- es que había un bicho en el suelo, -especifica, esperando que se dibuje una expresión de asco en su cara- para ser exactos una cucaracha  -ve satisfecho que ocurre justo lo que imaginaba y continúa inventándose la historia- y pues la muchacha se ha asustado y no ha podido evitar enderezarse.

-Sabe que no es la mejor excusa, pero que puede servir de ayuda, por lo que sigue haciendo hincapié en ello- ¿verdad, Abril? -suelta, levantando una ceja a la vez que la mira fijamente para llamar su atención.

Abril: -abre bien los ojos bastante sorprendida, pero no duda en responder, ya que el chico le está haciendo un favor y se está molestado en salvarla del apuro- exacto, me he quedado sin palabras y todo, -hace gestos actuando y mostrando la repugnancia que supuestamente le ha causado- siento mucho haberla sobresaltado Bernarda, pero es que no me lo esperaba y no he podido evitar agitarme en cuanto la he visto.

Enganchada por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora