El aprendiz

Nuevo inicio

Bueno...

Me duele mucho el brazo, moverlo me cuesta demasiado; Kakashi dijo que voy a volver a la normalidad en una semana o dos, el corte que me dejaron allí es un poco profundo. 

Un rato después de que me desperté, mis amigos me pidieron una explicación; no soy bueno explicando cosas, así que les resumí lo más básico del mangekyo sharingan. Me parece que sin querer los acabé enredando al principio, pero finalmente logré darme a entender; al menos eso creo. 

Kakashi estuvo con su típica fachada de indiferencia todo el rato, pero cuando me di la vuelta, juro que alcancé a verlo sonreír. Me pregunto por qué. 

Mientras tanto, señoras y señores, bienvenidos a esta travesía llamada: aprender a sobrevivir con mi brazo izquierdo. 

Soy demasiado exagerado.

—¿Realmente es tan difícil, Bobito? —No entiendo su manía por sonreír cuando la estoy pasando mal.

Me olvidé de mencionar eso; cuando Kakashi está particularmente de buen humor, saca tiempo para molestarme. Aunque ahora se nota el cariño.

—Para ti es fácil, al ser ambidiestro nunca vas a pasar por esto. —Hasta en eso me gana Kakashi.

¡Nada que hacer! No es el fin del mundo. 

Al ver como Obito luchaba por cenar con su mano izquierda, el Hatake decidió hacer algo para ayudarlo.

—Abre la boca —Me quitó los palillos de las manos y los acercó a mí. Me quedé inmóvil unos segundos mientras veía su acción. Veía entre muchas comillas, mi vista aún está algo borrosa.

Tengo que estar en el cielo, sin duda.

¿Soy muy exagerado? Sí, ya que solo se está comportando como un buen amigo o haciendo lo que alguien amable haría, pero me pone feliz que se preocupe por mí, aunque sea en algo tan pequeño como eso. 

—¿Seguro? No te quiero molestar —acabé por contestar. 

—Sólo... —Agachó el rostro— Come, ¿de acuerdo? —Menos mal que los demás están en otras partes, así no nos ven. Rin no pensaría nada malo, pero Konan me va a molestar. Es lindo hacer amigos.

—Gracias, es muy lindo de tu parte —respondí. Resulta tierno que tenga ese tipo de detalles. 

Ahora quiero decirle algo, pero no estoy seguro. Me gustaría invitarlo a salir a algún lado. No lo llamaría cita, pero esa es la comparación más cercana. Antes acordamos que al llegar a Konoha haríamos una pijamada, así que puedo poner la excusa de que sería una previa. 

Prefiero llamarlo una salida de amigos, porque no me parece una cita si las dos partes no saben que lo es.

—Kakashi, ¿todavía tienes ganas de hacer una pijamada al llegar? —Quizá para este punto ya se le pasaron. Mejor preguntar.

—Claro que sí —afirmó—. Quiero pasar tiempo contigo, Obito. 

Cuando se lo propone, es demasiado lindo. 

Y cuando no, también.

—Yo también quiero pasar tiempo junto a ti, Kakashi —Esto no es muy heterosexual de nuestra parte, ¿no es así? Hace bastante tiempo que dejó de serlo.

Tengo una relación de amor-odio con el contacto visual. Si alguien no me mira a los ojos, no me inspira confianza del todo; pero como Kakashi me gusta, siempre que lo termino mirando directamente a los ojos aparto la mirada. Me da mucha vergüenza. 

Mientras me perdía en mis pensamientos, como siempre, escuché que nos llamaban por nuestro nombre. Seguido a eso, nos volvimos a la puerta.

—Hola, chicos —llamó Konan—. Perdón por interrumpirlos, pero su sensei ya llegó y los quiere ver.