Editado: 03/03/22
En ese momento, sentí que mi vida no tenía sentido alguno.
Es decir: soy un asco como ninja, todos en mi clan me odian por no ser talentoso y tampoco tengo una familia o alguien a quien aferrarme. Nadie en este mundo se vería afectado porque yo no esté.
En esta misión, logré despertar mi sharingan, pero me pregunté: ¿eso qué cambiaría, realmente? Nada, de hecho; incluso se lo podría dar a Kakashi, a él le sería mucho más útil. ¿Rin? Me ve como un amigo, así que yo decidí verla como tal; de todos modos, me dejó de gustar. ¿Mi sensei? Le quedarían dos fuertes y talentosos alumnos a los que enseñar y guíar, ya no quedaría atrapado en los ridículos berrinches que armo constantemente para tener la atención que no puedo conseguir por otros medios; además, entrenarme debe ser un completo estrés. Lo entiendo.
Es por todo esto que, cuando esa enorme roca estaba apunto de aplastarme, no hice nada, no me moví. Fue una reacción —quizá más bien un pensamiento— momentánea, pero ya había decidido que mi muerte era lo mejor para todo el mundo, incluido yo.
Ojalá que en otra vida sea un buen ninja; ojalá en otra vida no me miren con asco por ser quien soy; ojalá en otra vida tenga una familia y gente que me tenga en mayor estima. ¿Pude luchar un poco más? Es posible, pero ya no tenía ganas.
Cuando tenía un pie en la otra vida y esperaba tranquilamente a caer en los brazos del dios de la muerte, ese momento en el cual daba mi último suspiro nunca llegó.
Deben tener curiosidad de cómo llegaron las cosas hasta este punto, ¿no es así? Bien, vamos a ello.
Corría de árbol en árbol, estaba llegando tarde a mi entrenamiento, al igual que siempre. Simplemente no lo entendía; aunque me acostara temprano, llegaba tarde. Era algo increíble. En parte, podría ser que estaba predispuesto a pasarla mal o a algún comentario grosero.
Por si fuera poco, iba a tener que aguantar a Kakashi insultándome o diciendo que él era mejor que yo. Si bien tenía razón en eso, no lo entendía; ¿¡qué demonios le hice a ese chico para que me odie tanto!? Pues perdón por nacer, ugh. Solo a mí me intenta alejar de esa manera y me trata con ese desprecio; con otras personas también es cortante, pero no las insulta, ni les dice que no sirven para nada.
También está Rin, por la que hace un tiempo abandoné mis sentimientos e intentos por conquistarla al resignarme a que estaba enamorada de mi compañero. Honestamente, no entiendo qué le ve ¿es lindo y talentoso? Sí. Pero siempre la rechaza de la peor manera posible y no recuerdo una sola vez en la que haya sentido preocupación por ella. Creo con firmeza que el amor es más una cuestión de actitudes y no de ver a alguien como un premio a ganar.
Ahora, Minato sensei. Él literalmente pareciera solo prestarle atención a Kakashi y máximo a Rin. A mí no me ha enseñado mucho que digamos, así que tampoco es que me emocione tanto ir a entrenar como hace un tiempo atrás. Siento como si me hicieran a un lado, pero también que es culpa mía el hecho de que esto sea así.
Antes de darme cuenta, ya había llegado al lugar asignado. Oh, genial.
—Llegas tarde, idiota —«saludó» Kakashi, de la misma forma de siempre. No importaba, ya me había acostumbrado, al igual que dije antes.
—Ya, chicos. No peleen, por favor —intervino Rin, a lo que Minato sensei siguió. Como es una misión importante, tenemos que bajar los humos. Es entendible que estén de metiches.
—Rin tiene razón. Tienen que llevarse mejor —¿Por qué se meten justo hoy, que estoy tan sensible?
Un poco alterado, respondí:
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El aprendiz
Fanfiction¿Qué dirías si te digo que Madara Uchiha no murió? Me llamarías loco, ¿no es así? Bueno pues yo, Obito Uchiha, soy un loco, porque puedo confirmarte que ese hombre está vivo; vivo y con un deseo en mente. Dirás ¿cuál es? ¿Dominar el mundo? Déjame de...