No estás solo

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Editado 5/08/21
Advertencias: referencia a acoso sexual.

Ha pasado un mes desde que conocí a Madara, recientemente cumplí los catorce años. Se puso algo sensible al saber la fecha de mi cumpleaños.

Estaba entrenando un nueve de febrero, cuando se me acercó mi sensei y empezó a hablarme.

—¡Aw, vas muy bien, Obito! —opinó—. ¡Creo que cada día te quiero más!

Simplemente me quedé callado.

—¿Pasó algo?

—¡Aléjese de mí, viejo pervertido!

—¿Eh? ¡mal pensado! Lo decía como un cariño de familia. Creo seriamente que tu amigo el de cabello raro es una mala influencia —Ah. Bueno, no me pueden culpar, no lo conozco desde hace tanto tiempo.

—Ah, perdón... ¡Kakashi no es una mala influencia! O sea, sí, pero sólo lee algunas cosas no aptas para chicos de nuestra edad, no va mucho más allá de eso.

—¿Acaso te gusta? Siempre lo defiendes —me revolvió el cabello y sonrió con algo de burla, buscando provocarme al igual que siempre. Sólo lo miré feo—, ¿qué? Yo también solía ser así en mi juventud.

—¡Claro que no, a mí no me gustan los chicos! —mi yo del futuro no está de acuerdo con esta afirmación.

—¿Cómo lo sabes? —era muy fácil hacer enojar al niño, así que se había vuelto una gran fuente de entretenimiento.

¡Sólo lo sé, y ya!

—Pues... Porque... ¿Podemos cambiar de tema?

—Gané. En tu cara, niño —de pausó para ver mi cara de aburrimiento—. Oye, mocoso, una duda.

—¿De qué se trata?

—¿Cuándo es tu cumpleaños? Quiero tenerlo presente para felicitarte.

—Mañana, no me importa tanto —mis últimos cumpleaños no son los recuerdos más maravillosos del universo.

Cuando dije esto Madara me miró sorprendido y luego sonrió, pero sus ojos se habían apagado un poco y denotaba algo de tristeza.

—Ya veo, ¿sabes algo? Cumples el mismo día que mi difunto hermano, ¿te importaría acompañarme a su tumba mañana? Llevo yendo solo bastante tiempo.

Me quedé congelado en el lugar al escuchar eso, no quería traerle malos recuerdos a Madara.

—C… claro, yo te acompaño. No quise recordarte malas experiencias, lo siento mucho —imagino que perder a un hermano debe ser una experiencia muy dura. A mí me hubiese gustado tener uno.

—Oh, no. No debes preocuparte por eso. Sigamos entrenando para que se te pase —algo tiene con mi cabello, siempre lo jala o me despeina—. ¡Hey, quita esa cara larga! Anímate, mañana miro si me disfrazo y voy a una aldea cercana a hacerte un pastel o algo, ¿de acuerdo?

—¿Sabes cocinar? —mentiría si dijese que no me preocupa ni un poco.

—Lo averiguaremos.

La mala noticia es que al día siguiente descubrí que Madara no sabía cocinar, pero su intención ahí estuvo ¿no? Yo personalmente sí era bueno en pastelería; no pregunten. Fuimos a la tumba de su hermano, me comentó que su nombre era Izuna Uchiha y murió tiempo después de que la guerra finalizó; no lo mató el segundo, como muchos creen. También pasé un buen rato compartiendo tiempo con él.

Mis compañeros me hicieron una linda reunión y me dieron algunos regalos; Kakashi me trajo unos dulces, ya que dijo que sabía que me gustaban y, cuando me los entregó, estaba algo rojo; se notaba por encima de la máscara, aunque era muy poco. Creo que no está tan acostumbrado a tener amigos cercanos, ya que siempre que estoy cerca se pone de esa manera. Minato-Sensei y Kushina nos dieron una noticia que me hizo muy feliz: ¡iban a ser padres! Estaba muy contento por ello, así que fue un buen cumpleaños. Me alegra haber podido pasarla bien. Madara me indicó que me daría hoy libre y, que si mañana tenía tiempo, podríamos entrenar.

El aprendizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora