Seokjin y Kihyun son dos omegas que vivían ocultando su lado lobuno en una ciudad dominada por un hombre que odia a los cambia formas y busca acabar con ellos. Sin embargo su vida cambia cuando se ven demasiado involucrados con la manada Kim, donde...
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Llegue antes que Namjoon a la casa de donde anteriormente habíamos salido, me hubiera gustado llevar a Kihyun a la casa que tenía preparada para vivir los dos, pero aún no estaba seguro si él deseaba casarse conmigo, claro que no aceptaría un no por respuesta, pero aun así, lograr que acepte cuando le pregunte dependía de lo feliz que estuviera. Lo lleve hasta la habitación donde se había realizado el sello anteriormente.
—¿Ya vas a bajarme?— volvió a preguntar a lo que volví a negar.
—Me siento muy feliz de al fin tenerte en mis brazos— dije mirándolo fijamente a los ojos —desde que supe que eras mi destinado he fantaseado todos los día con nuestra boda, quiero marcarte, tener hijos y vivir felizmente a tu lado.
En medio de mis palabras Kihyun sonrió con tristeza y aparto la mirada, ocultándose en mi pecho, gesto que en lugar de darme calma me dejo con una preocupación.
—Yo también desearía poder vivir felizmente contigo... pero no puedo quedarme a tu lado— dijo aun escondido en mi pecho.
—¿Por qué no?— intente buscar su mirada pero siguió evitándola. —¿es por la supuesta maldición que tienes? ¿Por todo eso de la flor que rencarno en ti?— por fin dejo de esconderse y me miro asustado.
—¿C-como sabes eso?— dijo exaltado. —¿Quién te lo dijo?
—El primer anciano nos contó todo... lo que tú y Seokjin son— dije mientras lo sujetaba más cerca sin apartar la mirada de su rostro.
—Soy una bomba de tiempo Shownu, en cualquier momento mi lobo será libre y tomara total posesión de mi cuerpo... y no hay forma de detenerlo.
—¿Qué hay del sello que realizamos?
—Eso solo es temporal... No existe otra forma de parar esta maldición— me dijo.
—El anciano nos comentó que Seokjin podría hacer algo... — Kihyun me interrumpió.
—Seokjin no puede hacer nada, ya lo hemos intentado todo... honestamente preferiría matarme antes de que mi maldición termine por lastimar a alguien más.
Mi lobo gruño con una mezcla de miedo y enojo, Kihyun con una mirada triste me abrazo, a lo que yo correspondí. El silencio reino en la habitación, pero no era incomodo, era triste. Ambos estábamos conscientes de que esta charla sobre su maldición tendría que seguir en un futuro, algo que deseaba que nunca llegara.
—¿Jin sabe que tú eres una reencarnación?— pregunte de repente para romper el silencio.
—No lo sé... yo me entere de lo que éramos cuando era un niño, pero nunca se lo conté, y él tampoco me ha mencionado nada, pero... creo que indirectamente los dos ya somos conscientes de lo que el otro es.
—¿Por qué nunca se lo mencionaste?— Kihyun se quedó unos segundo en silencio.
—Me da miedo— al ver que no tenía intenciones de seguir hablando bese su frente para darle algo de confianza. —Miedo de que termine diciéndole toda la verdad.
