Seokjin y Kihyun son dos omegas que vivían ocultando su lado lobuno en una ciudad dominada por un hombre que odia a los cambia formas y busca acabar con ellos. Sin embargo su vida cambia cuando se ven demasiado involucrados con la manada Kim, donde...
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—¿Qué debo hacer para romper la maldición?— mi padre desvió la mirada por lo que mi madre respondió.
—debes dejarte consumir por la maldición.
—¿Debo convertirme en monstruo otra vez?— dije asustado
—Déjala terminar— me regaño mi padre aun sin mirarme.
—debes dejarte consumir por la maldición... y comerte a la reencarnación de la flor violeta.
—¿co...merla?— dije, mi madre asintió
—sé que suena horrible, pero ese es el destino de la flor violeta, no tienes por qué preocuparte
—pero mamá, no puedo comerme a una persona, no podría vivir con eso.
—Hijo es la única forma de que tu maldición termine, ¿no deseabas poder andar sin el temor de perder el control y lastimar a tus amigos?— asentí ante lo que dijo mi mamá, realmente deseaba andar con los otros niños feliz sin esa sombra que me persigue desde que nací.
—pero... no quiero asesinar a nadie mamá, no quiero tener el recuerdo de que para que yo sea feliz alguien tuvo que ser obligado a abandona su vida.
—nadie será obligado, esa persona estará dispuesta a dar su vida por verte feliz.
—Hay otra persona además de ustedes que daría su vida... ¿por mí?— dije dudoso mirando a mi padre, él asintió —¿Quién es la rencarnación de la flor violeta?
—No queremos que esto de afe...— mi padre no pudo terminar pues fue interrumpido por mi madre.
—Es jin— dijo con una enorme sonrisa, solo pude ver como mi padre se goleaba la frente ante la insensibilidad de mi madre.
No pude quedarme un solo segundo más en esa habitación y salí corriendo, ignorando los gritos de mi madre, escuche unos pasos correr detrás de mí que se aproximaban rápidamente, inmediatamente supe que era mi padre por su aroma, pero aun así no deje de correr, no quería verlos, no podía creer que ellos estuvieran dispuestos a asesinar a mi mejor amigo, a la persona que estuvo a mi lado sin importar la oscuridad que me rodeaba.
—¡Kihyun espera!— mi padre logro alcanzarme en el jardín, justo antes de salir de este.
—¡Déjame!— intente soltarme pero su agarre era muy fuerte, lagrimas comenzaron a bajar por mi cara, mi padre aflojo un poco su agarre y me abrazo.
—sabemos lo mucho que quieres a Jin, pero esto es por tu bien, eres el futuro líder de la manada no podemos dejarla en manos de cualquiera, la gente confía en nuestra familia— no respondí, solo intentaba alejarme de él —ya hemos traicionado la confianza del pueblo al ocultarles que tenemos dos rencarnaciones, no podemos traicionarlos más.
