XVII: La fotografía

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Podía sentir la respiración entrecortada de Virginia en mi cuello, era normal, si nos descubrían estaríamos más que muertas, escuché un suave portazo, y por un pequeño hueco pude ver, estaba la señorita Longbridge, ahora que lo pienso siempre que hay algo extraño está ella involucrada.

—¿Ves algo? —susurró.

—Solo a la señorita Longbridge, es to- !

Al instante un brusco movimiento movió el estante, abrí los ojos, que había cerrado por la sorpresa y sentí algo en mis labios, ¿uh?, mire frente mío y lo único que alcancé a hacer fue girar mi cara de golpe.

—¡Ah!, ¡lo siento mucho, no fue mi intención! —exclamé en un susurró, no puedo creer que la haya besado por accidente, aunque solo fue en la mejilla.

—E-está bien —se acomodó molesta, pero con un leve rojo en su cara.

—Mejor revisemos afuera —podía sentir las gotas de sudor en mi cuello, esto no me gustaba.

—Claro...

Abrí con cuidado la puerta, tratando de que no rechinara, cosa que funcionó, tomé del brazo a mi acompañante y miré, había un tipo de puerta detrás del estante, es por eso que se movió, tenía miedo, pero tome la manija y la di vuelta, estaba sin seguro así que podía entrar, pero por obvias razones no lo hice, me quedé estática y miré a Virginia.

—¿Porque me miras?

—Tch, ¿qué hago ahora?

—Que sé yo —me frunció el seño y luego de unos segundos se relajó — no soy de mucha ayuda, pero, ¿y si miramos un poco? —sonreí, al menos no se rindió.

—Por supuesto —no sé que podría haber dentro, respire hondo y con cuidado de no emitir un sonido abrí la puerta tan solo un poco, lo suficiente como para poder ver bien.

Había poca luz, solo unas velas iluminaban tenuemente el ambiente, había un grupo de personas y estaban a espaldas de mi, por lo cuál no pude ver sus rostros, pero alguien era muy conocido para mí, así es, Ginevere Longbride, su largo y ondulado cabello negro, su piel pálida y su rostro delicado, pero expresivo a la vez, una bella mujer sin duda, pero, estoy segura de que esconde demasiadas cosas, todos usaban trajes y vestidos negros, con un tipo de capa ligera encima.

—Desde ahora debemos ser más cuidadosos, hasta las noticias estás comenzando a decir tonterías que increíblemente son verdad.

—Ella tiene razón, si vamos a seguir con esto tenemos que estar más atentos.

—A estas alturas tampoco podemos dejarlo.

—Bien, silencio por favor, eso ya lo sabemos, vayamos a lo importante, ¿quién?, ¿y dónde?

—Eso, porfavor ya díganlo —ví cómo estiraban un pergamino y lo revisaban como si fuera la cosa más importante del mundo.

—P.F, en tres días, mañana se decidirá dónde y se hará el plan, así que la reunión será a la misma hora.

—Me parece excelente, entonces, ya es hora de irnos.

A mi lado sentí un sonido similar a un "click", algunos de ellos voltearon a ver de dónde provenía el sonido, me alarme y agarré a Virginia.

—Será mejor que nos vayamos ahora, no quiero que nos descubran.

—Okey okey —cerré la puerta con calma y cerrando mis ojos del miedo, lo logré sin emitir sonido alguno, me acerque a la ventana y la abrí— ¿que estás haciendo?

—Escapando.

—Pero es la ventana —respondió cómo si yo estuviera desquiciada.

—Solo ven aquí, rápido —al otro lado de la ventana había una escalera flotando, bajamos con precaución y salimos corriendo al bosque.

Rebecca: Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora