Desperté sientiendome vacía como de costumbre, es como si no tuviera nada dentro de mi cuerpo, ni siquiera órganos.
Me levanté mareada y me aliste, al estar arreglada salí de mi cuarto para despertar a los demás, aunque fue una sorpresa verlos tomando desayuno.
—¿Qué hora es?
—Las 11:00 AM.
—¿¡Qué!?, ¿cómo pude dormir tanto? —había dormido más de doce horas.
—Es normal, hace mucho tiempo que no descansabas apropiadamente, además el clima de la playa debió haberte relajado.
—Ah, supongo que es cierto, pero lo que más me intriga es saber que hacen aquí tomando desayuno tranquilamente cuándo deberían estar en otro lado, y peor aún, Nia está aquí abajo —la apunté.
—Bajó porque mamá no está, tú tranquila.
—¿Cómo que no está?
—Así es, salió en la mañana, probablemente tenía un caso.
—Ajá, ahora váyanse —les ordené, no teníamos tiempo que perder.
—¡Pero!, por lo menos déjame terminar de comer —exclamó Hunt mordiendo su tostada.
—Termina en el camino.
—Bah, está bien, por favor quédate pendiente de lo que pasé.
—Así será —cómo si fueran perseguidos Hunt y Viv salieron dejándonos a las dos solas en la mesa.
—Eso fue extraño —habló repentinamente.
—Supongo que sí, pero cambiando de tema, ¿cómo te sientes?
—Ahora no tengo fiebre, pero me duele la garganta.
—Lamento eso, ¿tomaste algo para el dolor?
—No realmente.
—Bien, espera aquí.
Fuí a la cocina y abrí uno de los cajones, revolví todo lo que había dentro hasta encontrar las patillas que buscaba, un paracetamol.
—Ten —le entregué la pastilla junto con un vaso de agua.
—¿Que es esto?
—Paracetamol.
—¿Qué es eso? —miró la píldora asustada y yo la miré confundida.
—¿No sabes que es? —negó— es uno de los analgésicos más comunes, se me hace muy extraño que no lo conozcas.
—Ah, no tenía idea —miró hacía otro lado desviando la mirada.
—¿Qué sucede?
—No es nada —claramente le pasaba algo.
—Dime ahora mismo —suspiró y me miró fijamente.
—Mi familia no me daba ningún medicamento ni nunca me llevaron con un doctor cuándo me sentía mal, es por eso que no sabía.
—¿Qué?, ¿pero entonces que hacían cuándo te enfermabas?
—Bueno, ellos... me llamaban débil y me encerraban en mi cuarto hasta que me sentía mejor —me miró con vergüenza.
—¿Qué ellos qué? —ni siquiera podía imaginar lo que estaba diciendo, si le creía, solo que su familia era tan horrenda que me daban ganas de matarlos a todos.
Sin embargo me tranquilice y la miré intentando hacerla senrie mejor, estoy segura de que en realidad tiene demasiados traumas por culpa de esas personas, pero haré lo posible para que nunca más se sienta así.
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Rebecca: Venganza
Fantasia[En proceso] Saga Psycho Witches Libro #1 Una jóven bruja con deseos de cobrar venganza por sus antepasados. Los famosos Juicios de Salem la dejaron sin compañía, y a pesar de que hayan pasado siglos, ella no olvidará aquel sufrimiento tan fácilment...