VI: Conejo negro

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Si no es ella entonces tendré que usar lentes,  porque era idéntica, ¿pero cómo?, se que ella sabe de magia y eso, pero necesitas más que eso para entrar a una escuela de magia, tienes que ser bruja y/o ser descendiente de una, pero la mayoría son de buenas familias de brujos.

Ella no es una bruja, y tampoco tiene antepasados que lo fueran, o al menos se suponía que no, le voy a pedir una explicación claramente.

Ahora que lo pienso ella podría ser de quién hablaba mi madre, aunque no lo creo, pero no lo sé, mejor lo confirmó después.

—¡Viv!, ¿eres tú? —me acerqué a ella.

—¿Eh? —me miró y trató de esconderse detras de unos árboles.

—Ya te vi, no sirve de nada que te escondas —salió de atrás de los árboles y mantuvo la cabeza agachada— ¿por que no me dijiste que vendrías?, ¿crees que no te vería en clases, en el receso ni en el comedor?, tan ciega no estoy sabes, me gustaría una explicación, realmente adoraría una.

—La tendrás, ¿pero... puede ser después?

—¿Después cuándo?

—Luego de haber desempacado nos vemos en los baños.

—Bien —en ese momento llegó un hombre moreno y comenzó a toser, para que le prestáramos atención, todos lo miraron fijamente.

—Buenos días, soy el guardabosques, pueden decirme señor Wayans, los guiaré por el instituto hasta el vestíbulo principal, ¿está claro?

—Si —dijimos todos al unísono.

—Bien, vamos —comenzamos a caminar, todo era realmente hermoso, caminamos por unos dos minutos y aparentemente llegamos, era un salón de color gris, decorado elegantemente— llegamos, ahora la subdirectora los guiará hasta el sala principal y allí su casa será seleccionada —dicho esto se fue.

—Buenos días queridos estudiantes, soy Ginevere Longbridge, la subdirectora y jefa de la casa Parris —es una mujer blanca, con cabello largo y negro, es algo alta y parece seria.

—Buenos días señorita Longbridge —dijimos todos.

—Ahora los guiaré hasta la sala principal, vamos.

Todos empezamos a caminar nuevamente, no hablamos en todo el camino, probablemente porque todos les tenían miedo a la señorita Longbridge, llegamos a una sala grande, muy clásica y con tonos neutros.

—Aquí será seleccionada su casa, está será seleccionada con la chistera de nuestra fundadora, Abigail Parris, tendrán que meter su mano y tomar un papel, si en el hay un conejo blanco, pertenecen a la casa Putman y si en el hay un gato negro pertenecen a la casa Parris, iré llamándolos uno por uno, ¿entendido?

—Si —respondimos.

—Bien, primero, señorita Cristine Jackson —una chica morena se acerco a la chistera, saco rápidamente un papel de está , lo vió y se lo entrego a la señorita Longbridge.

—Veamos, casa Putnam —Cristine lucía muy feliz, asumo que esa era la casa donde quería estar, la señorita Longbridge le apuntó donde estaba el dormitorio Putman y está fue hacia allá.

—Ahora la señorita Virginia Johnson.

Es una de las personas que más aborrecía, ella es de una familia que nunca ha tenido una buena relación con la mía, cada generación se odia más que la anterior, a estas alturases normal, además, ella no debería estar aquí, odia ser una bruja, aunque prácticamente la obligaron a venir.

—Casa Putnam —¿ahora que voy a hacer?, todavía no sé en qué casa iré, pero quería entrar en la Putman, bueno, tal vez lo pueda usar a mí favor.

Rebecca: Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora