Antes de comenzar, quiero pedir una disculpa a aquellos que estuvieron esperando actualización. He comenzado la universidad, también he tenido bloqueo, pero ya pude terminar un capítulo.
Capítulo 25.
Elegancia y dinero. Esas son las dos palabras que vienen a mi mente una vez observo las afueras del edificio dónde se encuentra el salón de eventos. Tiene un aspecto moderno y urbano, muy típico de este tipo de lugares que abundan en la parte más céntrica de la ciudad. Para ser honesta, no son al cien por ciento de mi agrado, me gusta la elegancia, sí, pero la aprecio en otro sentido. En los objetos y construcciones antiguos, en el arte, en las historias marcadas a lo largo del tiempo... Ese tipo de elegancia.
Sin embargo; no está mal. Puede que no sean de mi estilo, pero por una noche puedo pretender ser esa chica con altos niveles de avaricia y vanidad que disfruta de los lujos y placeres que el dinero le brinda. Una vez al año no hace daño, dice el dicho. Jason a mi lado sólo observa todo en silencio, muy típico de él. Me pregunto también qué opina él de todo esto, aunque por dentro sepa que muy posiblemente su respuesta sea un «quiero estar en casa», también existe la posibilidad de que se esté abriendo un poco más al mundo, a pesar de que conmigo nunca se ha cerrado emocionalmente. Al menos es lo que quiero creer.
Él siente el peso de mi mirada, pues no mucho rato después posa sus lindos e intimidantes ojos sobre los míos.
―¿Qué?― esboza una lenta y minúscula sonrisa.― Estás como que mirándome mucho.
―No seas arrogante. Escucha, ¿sabías que gracias a mis padres este edificio aún está a nombre de su dueño?
Es un pequeño dato que estoy recordando justo ahora. Él alza las cejas un poco, sorprendido.
―¿Cómo lo sabes?
Desvío la mirada un segundo. Nos toca dar un paso adelante, pues estamos en la fila para poder entrar.
―Pues... nunca me gustó involucrarme demasiado en lo que mis padres trabajan, estaba muy distraída como ser parte de ello. Pero un día la curiosidad me ganó y busqué algunos de sus trabajos en Google ya que ellos no estaban en casa como para contármelo, y el que más resaltó fue este.― señalo el edificio.― No entendí mucho, pero al parecer uno de los accionistas principales quiso apoderarse de toda la propiedad, alegando que él fue quien más había invertido. Claramente en el contrato estaba establecido sobre qué áreas tenía derechos, así que era una discusión sin sentido, pero al ser una persona influyente, con dinero y contactos, pudo haber hecho lo que él quisiera. No obstante; mis padres y el dueño principal salieron ganadores.
Jason sonríe divertido.
―Para no entender demasiado has explicado mucho.
―¿Eso crees? El artículo era muy amplio.
―Cierto, a veces olvido que eres una cerebrito.
―Eso es cierto.― no voy a avergonzarme de ello.
Antes de que Jason pudiera darme un respuesta, avanzamos en la fila hasta llegar a la entrada. Un hombre robusto, con cara intimidante y calvo nos da la bienvenida. Jason le extiende la invitación, pero el señor se queda viendo el nombre impreso en el papel, y tras confirmar en su lista, vuelve a mi novio.
―¿Jason Watters?
El hombre frente a nosotros puede incluso dar miedo, supongo también que sus expresiones vacías y sin emoción son necesarias para su trabajo. Mantener esa apariencia y garantizar la seguridad del lugar es lo esencial. Pero estoy segura de algo, mi acompañante puede ser muy intimidante también. Para los demás, claro, no para mí. Jason le pone su cara de pocos amigos.
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SWEATER © [En edición]
Novela JuvenilDías tristes, opacos, lluviosos, nublados y solitarios. Dramático, sí, pero real. Así eran la mayoría de los días para Hayley, ¿qué otra manera de ver el mundo era posible para ella cuando así se sentía? ¿cómo superar los sentimientos confusos y pro...