Treinta historias en distintos universos alternativos, donde NaibEli es la pareja principal.
En todo caso, sí tienen solicitudes son bienvenid@s a comentarlas.
(+) AU:Donde Naib comienza a tener sus primeras experiencias gay, con Eli.
(+) Advertencias: Ninguna, solo ríe.
(+) Beta: No hay, aquí morimos como hombres.
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Cuando Naib llegó a la universidad (no pensó qué llegaría tan lejos) esperaba continuar con su racha de ir de una niña bonita tras otra niña bonita, pero de alguna manera antes de darse cuenta de lo que está sucediendo, termina besando a Eli Clark en el callejón detrás del edificio de ciencias.
Trata de negarlo al principio, ignorando al chico de lentes durante un buen mes después de eso, pero Clark es tan molestamente persistente, y finalmente un día Naib lo deja entrar en su lúgubre piso... terminan enredados en las sábanas de su cama, besándose hasta que están sin aliento y enrojecidos.
—Eres gay. —Dice después de que Naib expresa su total conmoción por cómo sucedió esto.
—No actúes como si fueras una especie de experto aquí. Me dijiste que nunca besaste a un chico antes de mí.
—Sí, bueno, al menos ya sabía que era gay.
Naib piensa qué si no fuera por el hecho de que le gusta tanto la boca de Clark, probablemente lo echaría y nunca volvería a hablar con él.
Después de dos semanas de sesiones de besos calientes y sucios, los dos se apiñaron en el colchón lleno de bultos, Naib decide que podría ser el momento de dar el siguiente paso. Está bastante seguro de que Clark está en la misma sintonía, a juzgar por la forma en que su erección está presionando su muslo mientras se frota contra él, pero el problema es que ninguno de ellos tiene experiencia con lo que sea que se supone que vendrá a continuación. Naib tiene muchas ideas de lo que quiere hacer, pero no puede resolver el cómo en su cabeza.
—Entonces... —Dice mientras se aleja de donde Clark yace sin aire sobre las sábanas.
Aquí es donde generalmente se detienen, con el de lentes corriendo balbuceando excusas sobre estudiar y clases tempranas a la mañana siguiente, y Naib apenas logra escuchar hasta que la puerta se cierra detrás de él; termina masturbándose furiosamente con sus pantalones alrededor de sus rodillas.
—Entonces. —Repite Clark, y Naib no puede evitar notar cómo su camisa está arrugada exponiendo la piel pálida de su vientre, y la forma en que sus labios están hinchados, el área alrededor de su boca todo roja por las mordidas que le ha dado.
—¿Qué sigue? —Pregunta.
Clark se encoge de hombros — ¿Sabes siquiera lo que quieres?
