Treinta historias en distintos universos alternativos, donde NaibEli es la pareja principal.
En todo caso, sí tienen solicitudes son bienvenid@s a comentarlas.
(+) AU:Egipto: DondePharaon demuestra que Lunar Phase le pertenece.
(+) Advertencias: Contenido sexual.
( + ) Beta: No hay, aquí morimos como hombres.
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El frío nocturno del desierto penetró la tienda, enfriando los dedos y el cuello expuesto del adivino. El cuerpo del faraón mientras tanto ardió contra su espalda, junto el lento arrastre de su polla que lo calentó de la mejor manera. El ángulo no era perfecto y el ritmo demasiado lento para los dos, pero Eli sabía que a su señor no le importaba. Al faraón le gustaba inmovilizarlo en la cama, boca abajo, le gustaba que la misma polla de su adivino estuviera atrapada en la colcha. Le encantaban los quejidos silenciosos mientras el más joven esperaba a que él terminara, sin exigir nada. Le encantaba que su siempre acompañante estuviera dispuesto a quedarse quieto y ser paciente cuando una docena de guardias y guerreros se quedaban alrededor de una fogata al otro lado de la tienda.
De estar en el palacio, en la habitación del faraón con las cortinas cerradas, Eli lo cabalgaría duro y rápido. Incluso con el puño del rey en su propia boca, con los sonidos que llenarían la habitación, fuertes y sucios. Sin embargo, en noches como esta, intentaban estar lo más callados posible. Así que el chico no se movió. Dejó que el mayor tuviera el control porque entendió que este no quería dejarlo descansar. Ni siquiera aquí.
El faraón embistió con fuerza de nuevo y respiró el nombre del vidente sobre su hombro en una bocanada de aire. Las caderas se estremecieron a causa de su liberación mientras se presionaba contra el trasero de Eli, tan profundo como la posición lo permitía. La almohada estaba húmeda y fría debajo de la mejilla del castaño de piel pálida, mientras esperaba a que el palpito interno terminase. Podría correrse si tan solo moviera las caderas, se balanceará hacia adelante y hacia atrás y dejaría que la fricción de las ásperas sábanas lo hicieran eyacular. Pero se mantuvo quieto, sabiendo que sería mucho mejor si pudiera durar.
Cuando su rey se retiró con un sonido húmedo y sucio, el vidente tuvo que morderse el labio para detener la reacción de su cuerpo. Si se venía solo con eso, el suave deslizamiento de la polla dejándolo, el faraón se lo recordaría con burla.
Este mismo no se movió mucho, presionándose cerca de su lado izquierdo y apoyado sobre su codo. La piel de gallina se elevó a lo largo de la pierna expuesta y la espalda de Eli cuando el viento se filtró a través de la estrecha abertura de la tienda a su derecha.
—Tan paciente. —La voz gruesa le susurró al oído.
Se estremeció ante el cosquilleo del aliento caliente y no respondió. La primera vez que el faraón lo metió en una tienda de campaña después de una batalla y dijo: "Tendremos que estar callados", él asintió, sabiendo lo que significaba; que el rey también necesitaba que él estuviera callado. En control y a cargo porque Eli podía vociferar tan fácilmente. Así que no dice nada. Simplemente deja que el de piel canela arrastre sus dedos sobre las colinas y valles de su columna vertebral hasta que finalmente bajan a la hendidura y rodea su entrada hinchada y goteante. Instintivamente abrió las piernas ante la provocación. La anticipación aumentó, se movió para tomar las puntas de los dedos. Estaba adolorido, demasiado sensible en su borde mientras su rey jugaba, frotando su dedo a lo largo del músculo y extendiendo su semen.