Treinta historias en distintos universos alternativos, donde NaibEli es la pareja principal.
En todo caso, sí tienen solicitudes son bienvenid@s a comentarlas.
(+) AU:DondeSpring visita a Recluse a su casa, con serias intenciones.
(+) Advertencias: Contenido sexual y minoria de edad.
( + ) Beta: No hay, aquí morimos como hombres.
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Eli se arrastró fuera del sofá ante los insistentes golpes en la puerta principal, caminando por el pasillo sin camisa y sin zapatos, maldiciendo a quien hubiera decidido visitarlo a las once de la noche, en medio de una tormenta. Abrió la puerta de un tirón y suspiró.
El niño Subedar estaba de pie en su puerta, con su cabello generalmente claro oscurecido por la lluvia. Lo miró, sonriendo mientras las gotas se deslizaban por su cuello y desaparecían bajo su camiseta. Cerró la puerta en su cara.
— ¡Oye! —Espetó el chico, empujando su pie en el espacio visible para evitar que Eli lo dejara fuera. Tenía que darle crédito, realmente era persistente. Sacudió la cabeza, permitiendo que la puerta se abriera de nuevo y el niño cruzó el umbral de inmediato, con el ceño fruncido estropeando sus rasgos juveniles —Eso fue grosero. —Amonestó, logrando sonar ofendido y petulante.
—También lo es aparecer en la puerta de alguien a las once en noche de escuela, Srping. —Replicó, recordándose a sí mismo lo irritante que era el chico e ignorando deliberadamente lo bien que se veía con la ropa húmeda ajustándose a su cuerpo.
—Mañana tengo el día libre —Se encogió de hombros y luego le sonrió a —y tú también. Lo comprobé.
Iba a reñirle después a Inference, aunque lo más seguro su hermanito había conseguido la información por parte de Emma... ese era siempre el problema.
— ¿Por qué estás aquí? —Preguntó cansado, a pesar de que tenía una buena idea de por qué ante la expresión del rostro de Spring mientras miraba su pecho sin camisa. El menor no respondió, mantenía los ojos clavados en la piel descubierta, lamiendo sus labios y sus dedos moviéndose a los costados. Luchó por mantenerse indiferente, pero era difícil con ese tipo de atención. Cuando estuvo seguro de que podía, bajó la voz y dijo —Subedar, mis ojos están arriba.
Al oír su voz, el menor levantó la cabeza y Eli casi gimió en voz alta ante la vista, todos labios húmedos y pupilas dilatadas. Tardó un momento en acumular suficiente humedad para quitarse la lengua del paladar y hablar de nuevo.
—Spring...
El nombrado lo interrumpió con un gemido bajo y un tembloroso paso hacia adelante, el detective no pudo evitar mirar la entrepierna del menor y el bulto prominente que se asomaba sin tapujos. Su propia respiración tartamudeó momentáneamente antes de controlar sus impulsos de un tirón bajo control. Si Naib lo viera, le miraría con total irritación, ya era demasiado que su hermano menor se inmiscuyera en su trabajo de vez en cuando y una vez conociera a Recluse, acabara con un crush demasiado problemático.
