Treinta historias en distintos universos alternativos, donde NaibEli es la pareja principal.
En todo caso, sí tienen solicitudes son bienvenid@s a comentarlas.
(+) AU:Donde Naib disfruta de un Eli ebrio, sobre todo porque ambos terminan dejándose llevar por el poder, el placer y el dolor.
(+) Advertencias: Contenido sexual y menciones de masoquismo anal.
(+) Beta: No hay, aquí morimos como Naib Subedar rescatando con detention.
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—No más vino para ti. —Dice Naib, estirando su brazo a través de la mesa y apartando el vaso del alcance de Eli.
Es tarde en la noche, estaban utilizando la mesa de la habitación del mercenario, sentados y bebiendo de las botellas que habían conseguido de Demi, todo porque el vidente cree que es importante que compartan todas las cosas que han sucedido hasta la noche de ese día, y el nepalí lo acepta en su mayoría, porque decirle que sí a Eli Clark es mucho más divertido que decirle que no. Esta noche el mercenario tuvo la brillante idea de beber junto con su conversación, a pesar de que sabe que el más joven se convierte en un lío después del más mínimo trago de alcohol.
Es solo que... Clark es tan delicioso cuando bebe. Su piel pálida se ruboriza con un hermoso tono rosado, sus ojos parecen brillar más, aunque estén entrecerrados por la neblina y toda su modestia habitual se desvanece hasta volverse dulce y agradable en los brazos del mercenario.
Clark sigue hablando incluso mientras Naib toma su vaso, pero él dejó de escuchar hace algún tiempo, demasiado distraído por la bonita boca y su propia polla dura entre sus piernas para prestarle mucha atención al joven, diciéndole sobre las cosas ridículas que hizo durante quien sabe cuál partida.
Subedar se recuesta y empuja su silla lejos de la mesa —Ven aquí.
Eli finalmente deja de hablar, su boca se encrespa en una lenta sonrisa y se levanta de donde está sentado. Se tambalea un poco mientras camina, sosteniéndose de la mesa para apoyarse. Tan pronto como está lo suficientemente cerca para alcanzarlo, Naib lo coloca en su regazo. El castaño se sienta a horcajadas sobre sus piernas y se inclina para darle un beso. El embriagador aroma del vino es pesado entre ellos, y Clark chupa y muerde su labio inferior, tan descuidado y húmedo.
El nepalí se aparta y le sonríe con malicia —Estás borracho. —Justo como le gusta.
El vidente lame sus labios y envuelve sus manos alrededor de su cuello, tratando de tirar de él para otro beso, pero Naib es más fuerte y tira de la parte de atrás de la túnica del chico, manteniéndolo en su lugar.
—Sí, lo estás. —Murmura el de ojos verde, inclinándose y presionando su nariz en el cuello de Eli, aspirando su aroma.
El menor toma represalias apoyándose en los hombros del mercenario y aplastándose su regazo. El nepalí sisea cuando el muslo ajeno se frota a lo largo de su polla a través de su ropa.
