Treinta historias en distintos universos alternativos, donde NaibEli es la pareja principal.
En todo caso, sí tienen solicitudes son bienvenid@s a comentarlas.
(+) AU:Donde Naib toma gusto en correrse dentro de Eli sin condón. Y Eli no es que no lo disfrute.
(+) Advertencias: Contenido sexual leve.
( + ) Beta: No hay, aquí morimos como hombres.
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La primera vez que sucedió, fue un accidente. Naib no había querido olvidar traer protección, preservativo, condón. Simplemente sucedió de esa manera. Se había presentado ante Eli con las manos vacías y cachondo y, por alguna razón, al castaño no le había importado tanto.
—Ambos nos hicimos la prueba la semana pasada, —Se encogió de hombros —y no he estado con nadie más desde entonces, ¿Y tú?
Otorgo una respuesta tartamudeada sobre cómo no era asunto de Eli si había estado con alguien más últimamente. Eran solo dos amigos que follaban... casi con regularidad... ya veces se abrazaban mientras veían películas porque el más alto era pegajoso, pero no había emoción en esto porque era solo sexo sin compromiso. Y no, no se había acostado con nadie más en meses si era necesario saberlo.
Renunciaron al uso de condones y Subedar se folló a Clark a carne viva en el sofá, con una generosa cantidad de lubricante, por supuesto.
Naib no podía creerlo. Se había sentido... como nada que pudiera haber imaginado. Ninguna barrera entre él y Eli, era íntimo en un nivel que había pensado que nunca estaría. Él lo quería hacer de nuevo, sentir la libertad, la intimidad, y el calor. Se había corrido con fuerza, rociando la espalda de Clark con su semen, saliendo justo antes de que el calor se asentara en su abdomen.
Entonces surgió la pregunta... ¿Cómo sería? Lo había hecho antes, pero había un condón para atrapar su semilla. Ahora necesitaba saber cómo se sentiría correrse dentro del más alto, llenándolo mientras los espasmos apretados de su propio orgasmo lo ordeñaban a través de su liberación.
Los olvidó de nuevo en su siguiente encuentro —Yo, eh... no he parado en casa en un par de días, he estado durmiendo en el trabajo y debería haber ido a la tienda, pero no pensé en eso.
Eli solo puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza —Bien, pero debes dejar de vivir en tu puesto. Eventualmente te olvidarás de ducharte y eso restringe el acceso a mi cuerpo.
Clavó los dientes en el hombro de Eli mientras se hundía profundamente en su interior. Gimió en voz alta, lamiendo la piel magullada y saboreó los ruidos obscenos que el otro chico estaba haciendo y el dulce balanceo de sus caderas de vuelta a sus embestidas.
