Treinta historias en distintos universos alternativos, donde NaibEli es la pareja principal.
En todo caso, sí tienen solicitudes son bienvenid@s a comentarlas.
(+) AU:Donde Shepherd pasa nuevamente por el doloroso celo en compañía de Parasite, su compañero.
(+) Advertencias: Contenido sexual leve. Un poco de angst.
(+) Beta: No hay, aquí morimos como Naib Subedar rescatando con detention.
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Es natural, es parte de la biología, murmura en su cabeza cuando lo golpea el tercer espasmo doloroso en otros tantos minutos. Su cuerpo anhela a Parasite, su toque, su falo y su nudo en su estómago, con la necesidad de ser llenado.
El lobo está desechando sus pieles lo más rápido que puede y Shepherd, en su cama improvisada, se presenta caliente. Jugos resbaladizos corriendo por sus muslos cuando una nueva oleada de espasmo lo consume desde su interior, lo atraviesa de nuevo y vuelve la cara hacia la almohada para sofocar un largo gemido. Necesita a Parasite, en este mismo segundo, para follarlo profundo, duro y sucio, su agujero estaba ansiando por ser llenado.
—Mierda. —Sisea la bestia mientras se coloca detrás del cabrío, piel contra piel, dejando sus manos en la curva de la cintura de Shepherd. Su polla está dura y caliente en la parte trasera del muslo del herbívoro y este no puede evitar soltar un ruido hiriente, porque su compañero ya debería estar dentro de él, calmándolo.
En su lugar, Parasite pasa una mano por la resbaladiza hendidura, girando su pulgar alrededor del borde hinchado de la cabra antes de meter su dedo. Shepherd grita cuando la bestia engancha su pulgar en su borde y lo estira lo suficiente como para dejar salir más lubricante natural. Siente otra ola que comienza en la base de su columna vertebral, su cuerpo se tensa por el dolor, y eso parece despertar a Parasite a la acción.
Con voz tranquilizadora, una palma extendida sobre la espalda de su compañero, el lobo empuja su pene contra el goteante y hambriento agujero del otro hasta adentro. —Oh, joder. —Gime, deslizándose hasta el fondo, retrocediendo instantáneamente solo para deslizarse de nuevo al interior. Shepherd respira con la boca abierta, todo un borrón excepto por la perfecta, perfecta polla de su compañero dentro de él.
Parasite se frota contra todos sus lugares ardientes, la cabeza de su miembro choca contra el suave cuello uterino con cada empuje y en lugar de doler, se siente como una dicha, enviando chispas a través del cuerpo tembloroso, invitando a la verga ir mucho más profundo, a llenarlo con su semen.
A la cabra le duelen los dedos por apretar las pieles, la tela mojada debajo de su boca mientras exhala con cada embestida, pero los dolorosos espasmos retroceden con cada empuje. La presión crece mientras Parasite sigue follándolo, golpeando sus caderas continuamente, sus manos sujetándolo con fuerza por los huesos de la cadera, hasta clavar sus garras.
