¡Ochako cumplió sus 18 primaveras...! Y Mina decide que ella merece festejarlo de la mejor forma. Su regalo pervertido desencadenará a varias y excitantes situaciones con Bakugou.
¿Agradecerle o matarla por desatar a la bestia?
No se decidía aún...
Disclaimer: Los personajes de Boku no Hero no me pertenecen; créditos correspondientes a Kōhei Horikoshi. Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas sexuales, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.
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Cuando la empotró contra la roca y la sintió deshacerse entre sus manos no le quedó ni la menor duda de que él era el hombre más jodidamente afortunado del mundo.
Era tan preciosa, tan genial, tan increíble y era suya.
La penetro con fuerza y vigor, observando la manera lasciva en la que sus deliciosos pechos rebotaban ante cada embiste. La parte superior del traje de baño había cedido poco a poco hasta dejar que esos erguidos y rojizos capullos quedaran a la vista, ocasionando que la boca del chico aguara de inmediato.
Después de lamer, succionar y mordisquear sus pechos por un tiempo, subió sus labios de forma sensual por el canalillo de sus senos hasta su cremoso cuello, donde no dudó en dejar varias y espesas lamidas sobre su piel.
Ella jadeaba extasiada con las piernas sujetas en las caderas del insaciable rubio que se movía con rudeza en su interior. Sus uñas se barrían sobre la piel de su espalda y su semblante no podía dejar de evidenciar lo gustosa que estaba por recibir toda la virilidad de Katsuki dentro de ella.
Incluso no podía dejar de sonreír de forma coqueta mientras él seguía penetrándola, haciendo que Katsuki tuviese que detener su vista en ella para grabar en su memoria esa estimulante imagen.
Era tan sexy... sonriendo ofuscadamente para él mientras la follada.
Frunció el ceño y apretó la mandíbula para tomar su rostro con una mano y cargar su peso con la otra. Sus embestidas comenzaron a ser más certeras y profundas, haciendo que Ochako emitiera varios sonidos de placer a la vez que movía sus caderas a la par del rubio.
—Eso... que bien te mueves, joder —farfulló con la mandíbula tensa y su mirada puesta en su semblante extasiado —. Lo estás disfrutando, ¿verdad?
Ella asintió de forma torpe y ansiosa, pidiendo mucho más con la mirada a la vez que se sostenía con fuerza de sus hombros.
—N-no sé si podré aguantar más —siseo con los ojos nublados, logrando únicamente que Bakugou acelerara sus embestidas.
Ella se aferró a sus hombros con premura y mordió su labio inferior con fuerza al sentir como sus gemidos querían salir de su garganta. Que estuvieran lejos de los civiles no quería decir que no debían ser precavidos, todo podía pasar.
Katsuki apresó el trémulo cuerpo de Ochako cuando sintió que el orgasmo estaba cerca de golpearlo. La castaña aferró sus piernas al rededor de la cintura del chico y buscó desesperadamente conectar su mirada con la bermellón de él, siendo correspondida casi de inmediato.
