¡Ochako cumplió sus 18 primaveras...! Y Mina decide que ella merece festejarlo de la mejor forma. Su regalo pervertido desencadenará a varias y excitantes situaciones con Bakugou.
¿Agradecerle o matarla por desatar a la bestia?
No se decidía aún...
Disclaimer: Los personajes de Boku no Hero no me pertenecen; créditos correspondientes a Kōhei Horikoshi. Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas sexuales, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.
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—Ya déjame en paz.
—¡Pero bro, aún hay muchas cosas de las cuales tengo que hablarte! No sería muy varonil de mi parte dejarte así como así, sin darte consejos de cómo- —detuvo su habla al esquivar un puñetazo del rubio.
Bakugou apretó la mandíbula y tomó las solapas del chico, mandándole una mirada de pura furia.
—¡CALLA TÚ ESTUPIDA BOCA, BASTARDO!
Kirishima comenzó a llorar de forma cómica, tratando de zafarse del agarre del rubio.
—¡L-lo siento, lo siento! Olvide que este tipo de cosas no se hablan en medio de la sala común...
—¿Que tipo de cosas no se hablan en el área común, Kirishima-kun?
La voz del delegado de la clase hizo que Kirishima tapara su boca con ambas manos y que Bakugou solo chasqueara la lengua para soltar bruscamente a su compañero.
—¡¿Qué mierda te importa, cuatro ojos?! —vociferó con enojo, observando el gesto indignado de Tenya. Antes de poder insultarlo otro poco más, sus cejas se fruncieron al verlo a él solo en la entrada —. ¿Dónde está Uraraka?
—¿Eh? Ah, parece que se quedó afuera con Midoriya-kun.
Un tic comenzó a apoderarse de la ceja izquierda del rubio.
Confiaba en Ochako, no le molestaba que pasara tiempo con el idiota de Deku, pero eso no significaba que no sintiese celos cada vez que eso pasaba. Era consciente del interés que la castaña tuvo por Deku en su primer año. Sabía que eso era parte del pasado y que ella ahora estaba con él, pero siempre le quedó la duda de si Deku sintió algo por ella o todavía lo sentía.
Antes de que comenzara a ir hacia la salida, la castaña junto al pecoso entraron al edificio.
A Ochako le brillaron los ojos al verlo y el pudo respirar con normalidad cuando la vio corriendo hacia él.
—¡Ya llegue, Bakugou-kun! —exclamó con una gran sonrisa, posicionándose frente a él.
Bakugou mordió el interior de su mejilla y desvió la mirada, ignorando el rostro burlesco que Kirishima le estaba mostrando.
