¡Ochako cumplió sus 18 primaveras...! Y Mina decide que ella merece festejarlo de la mejor forma. Su regalo pervertido desencadenará a varias y excitantes situaciones con Bakugou.
¿Agradecerle o matarla por desatar a la bestia?
No se decidía aún...
Disclaimer: Los personajes de Boku no Hero no me pertenecen; créditos correspondientes a Kōhei Horikoshi. Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas sexuales, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Uraraka soltó un largo suspiro y después colocó sus brazos en jarra, observando la maleta aún abierta que estaba sobre su cama.
A veces se sentía tan distraída que debía de revisar que todo estuviese en orden al menos unas tres veces para sentirse más tranquila, y eso era lo que había hecho.
Solo esperaba no recordar nada en el camino o se sentiría furiosa consigo misma por ser tan olvidadiza.
—Ochako, ¿estás lista? Mis padres están a cinco minutos de llegar —Katsuki se introdujo en la habitación de su novia, observando aquel rostro que lucia cuando estaba pensativa. Cuando sus ojos rubíes captaron la maleta abierta sobre su cama entendió de inmediato —. Te hace falta el bloqueador, las sandalias y creo que tú cosmetiquera.
La espalda de Ochako se tensó. Después, soltó un suspiro derrotado y sus hombros cayeron.
—Ah, no puede ser, soy un desastre. ¿Cómo es posible que estuviese a punto de olvidar esas cosas tan básicas? —comenzó a caminar rápidamente hasta el baño para sacar el bloqueador y después fue hasta su tocador para tomar su cosmetiquera. Guardo todo junto a las sandalias que utilizaría en la playa y después soltó un suspiro —. Listo. No sé que haría sin ti, Katsuki.
Ahora sí, llevaba todo para esos tres días de playa.
—Perderías tu cabeza, eso es seguro —bromeo, recibiendo un puchero por parte de su novia. Se acercó para colocarse tras ella y rodear su cintura con ambos brazos. Dejó un pequeño beso en su hombro descubierto y después restregó su mejilla contra la de ella, haciéndola reír.
—¿Qué sucede? Pareces un mimado desde hace rato —se volteo para quedar frente a frente, pero él no deshizo el agarre. Uraraka tomó el rostro de su novio con dulzura y después le dio un pequeño beso en los labios —. A ver, dime qué es lo que quieres.
—¿No puedo actuar así sin segundas intenciones, Cara Redonda?
Ella le mando una mirada de incredulidad y una sonrisa confiada. Lo conocía mejor que nadie.
—No puedes vivir aquí —soltó, descubriendo de inmediato el motivo de su actuar —. Sabes que tú agencia está demasiado lejos de esta área.
—Tch, eso es lo de menos.
—Lo que no quiero es que nos compliquemos, Katsuki. Debes ser responsable —le dio otro beso —. Solo serán unos meses, después podremos vivir juntos y prometo no separarme de ti hasta que te canses —lo abrazo con fuerza, soltando una risita al escucharlo gruñir suavemente contra su hombro.