¡Ochako cumplió sus 18 primaveras...! Y Mina decide que ella merece festejarlo de la mejor forma. Su regalo pervertido desencadenará a varias y excitantes situaciones con Bakugou.
¿Agradecerle o matarla por desatar a la bestia?
No se decidía aún...
Disclaimer: Los personajes de Boku no Hero no me pertenecen; créditos correspondientes a Kōhei Horikoshi. Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas sexuales, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Uraraka soltó una risa cuando los fuertes brazos de Iida la rodearon de manera robótica, dándole un par de palmaditas en la espalda para concluir con el afecto.
—¡Feliz cumpleaños, Uraraka-kun!
Uraraka río con suavidad y tildó la cabeza.
—¡Gracias, Iida! —soltó risueña, observando cómo sus demás compañeros se acercaban para felicitarla.
—¡Uraraka-san, fe-felicidades! —exclamó Deku con una sonrisa tímida, titubeando en si abrazar a la cumpleañera o abstenerse a acercarse demasiado a ella.
Dio una mirada rápida por el amplio salón y al confirmar que no estaba "esa persona", Deku se acercó tímidamente y envolvió sus brazos al rededor de su mejor amiga.
Uraraka lo recibió gustosa.
—Gracias, Deku-kun.
Cuando el peli-verde se separó, las chicas no tardaron en correr hacia la castaña para darle un enorme abrazo grupal que casi la asfixia.
—¡Felicidades por tus 18 años, Ochako-chan! —exclamó Mina, sin dejar de restregar su mejilla contra la coronilla de la chica.
Uraraka río y respiro con normalidad cuando todas sus amigas se separaron del abrazo.
—¡Ya eres toda una adulta, Uraraka! —dijo esta vez Hagakure, quién rio y dio un par de aplausos emocionados.
—No exageren... —soltó Uraraka con pena, rascando su nuca.
—¡Bueno, bueno! Dejen de atosigar a la cumpleañera —hablo esta vez Momo, atrayendo la atención de sus amigas —. Dejen que tenga una mañana tranquila —advirtió con un tinte raro en su voz, haciendo que Ochako ladeara la cabeza sin entender a qué se referiría.
—¡Aah! ¡Si, si, tienes razón! —Mina se removió inquieta y con una gran sonrisa —. Vamos a desayunar, Ochako. Tsuyu se ofreció a cocinar para todos hoy y especialmente para ti.
—Espero que te guste lo que cocine para ti, kero —Tsuyu sonrió ligeramente y tomó la mano de su amiga.
Uraraka sonrió conmovida y devolvió el apretón de manos que la pelinegra le daba.
—Estoy segura de que así será, Tsuyu-chan.
Se dejó guiar por sus amigas en medio de risas y felicitaciones por parte de sus demás compañeros. La castaña se sentía muy afortunada y feliz por tener amigos tan buenos como ellos, quienes no se demoraron ni un segundo en felicitarla y darle uno que otro presente en cuanto la vieron en la sala común.
