- La señora que se encargaba de la limpieza se fue de viaje, por favor pasa - hace gesto con su brazo para que entre y se hace a un lado.
Vamos caminando hacia el salón que ya conocía, esta vez se ve muy luminoso, gracias a la luz del día, se puede ver su lujosa terraza con piscina.
- ¿Puedo preguntar por qué quieres trabajar? - me dice dejándose caer en el mueble.
- Bueno...es que el dinero que traje se me está agotando y en el anuncio que hiciste pagas bastante para dos días a la semana... - me siento cerca de él.
Sus ojos grises recorren mi rostro, cuando su mirada llega a la mía se siente tan... intimidante y su mandíbula bien marcada con una ligera barba se ve muy sexy, sus labios carnosos que no puedo dejar de mirar se ven húmedos.
- Entonces solo viniste de vacaciones - me saca de los pensamientos.
- Si a visitar a mi amiga, yo nací aquí en Canadá, pero cuando era niña nos mudamos a Estados Unidos - hago una breve pausa - ¿vives solo aquí?
- Mis padres me regalaron esta casa, ellos viajan mucho.
- ¿No te sientes solo en una casa tan grande?
- No, también tengo a mis amigos, siempre estoy con ellos, son como mi familia... de hecho una amistad cercana va a venir dentro de unos días a quedarse en la casa por una o dos semanas. - se para del sofá - ven, te voy a enseñar donde está el armario de limpieza.
Lo sigo, mientras camina delante de mí, mis pervertidos ojos se desvían a su trasero bien marcado por su pantalón. Vaya...
Se frena delante de un armario del cual saca un carrito de limpieza que contiene, trapos, productos de higienización, un mapo y varias cosas más
- Y aquí está la aspiradora - me señala al aparato de limpieza colgado dentro de la pared del armario, - primero pasas la aspiradora, luego el mapo y secas.
- Isaac, sé cómo limpiar - le digo alzando las cejas con una sonrisa burlona. - Pero necesito que me digas en que zonas debo hacerlo
Él se ríe - claro, ven te voy a enseñar la casa, debes limpiar todo, las mesas, los cristales, los productos para eso están en el carrito, puedes tomarte el tiempo que quieras y también si deseas poner música.
- Vale - digo siguiéndolo por el estupendo pasillo que está amplio y decorado, este tiene puertas de cada lado las cuales Isaac va abriendo para enseñarme las habitaciones, algunas son dormitorios para invitados, otra una sala de juego y un GYM.
Bajamos unas escaleras donde hay una lavadora y una secadora, el cuarto está pintado de blanco es sencillo no hay decoración, en el fondo de esta pieza hay una puerta de metal.
- Aquí solo limpias el piso y la lavadora y secadora.
- ¿Y detrás de esa puerta de allá? - señaló discretamente con mi dedo.
- Ahí no hace falta limpiar - su respuesta fue un poco cortante, me da intriga por saber que hay detrás de esa puerta...
Llegando al salón principal pregunto si también debo de limpiar la piscina, eso sí que nunca lo he hecho.
- De la piscina se va a encargar otro empleado, tú solo vas a limpiar la terraza - Isaac se sienta nuevamente.
- Bueno si eso es todo, entonces... debería de irme.
- Por favor no te vayas aún, conversemos - me hace una sonrisa de medio lado, se ve tan jodidamente atractivo.
- ¿Estás estudiando algo? - me siento cerca de él.
- Si voy a la universidad, estoy estudiando una carrera de médico veterinario.
- Vaya, para ser alguien que le gustan los animales no tienes ni uno solo en la casa.
Se ríe, con esa boca hermosa y esa sonrisa radiante, - eso es porque me gusta mantener la casa limpia, por más que odio admitirlo los animales ensucian demasiado.
- Ni siquiera eres el que limpia.
- Entonces no deberías de tentarme a buscar un animal, sería más trabajo para ti - me mira de una manera indescriptible, hace que desvíe mis ojos a otra parte - ¿pasa algo?
- No... es que - vuelvo a buscar su mirada - tus ojos... nunca había visto a alguien con ese color, son tan claros que parecen grises.
Me mira con diversión - Quieres verlos más de cerca - se aproxima a mí y puedo verlos mejor, son increíbles, hacen que me pierda en su vista, mi estómago se encoge, tengo sensaciones raras por mi cuerpo. Isaac mira mis labios y se humedece los de él, oh por dios, es tan seductor.
Se ríe enseñando sus dientes impecables - ¿Te parezco seductor?
Ay por el amor a Cristo, mis pensamientos se han escapado por mi boca, no puedo creerlo. Siento cosquillas por todo mi cuerpo creo que tengo temblores, mi corazón está en una carrera olímpica con mi respiración.
- Isaac, no deberíamos - murmuro con la respiración acelerada.
- ¿Besarnos? - acerca su rostro más al mío y nuestros labios se rozan, pero él los desvía frotándolos ligeramente en dirección a mi oreja, su barba fricciona con la piel de mi mejilla estimulando mi cuerpo - Oh Giselle, vas a ser mía, tú sola vas a venir a mis brazos - me dice de una voz ronca susurrándome al oído, haciendo que se erice toda mi piel y solo con su voz siento como se humedece mi ropa interior.
Ok, ok, Gisselle contrólate.
- Tienes un ego muy grande - me separo de él con una fuerza de voluntad que no sé de donde la saqué y trato de recuperar el aliento - sé que estás acostumbrado a que las mujeres vengan corriendo hacia ti con las bragas en la mano, pero, yo no - digo desafiándolo con la mirada, él no quita sus ojos de los míos, trago grueso.
Levanta una ceja - ¿Ah si? ¿Y por qué estás tan agitada si ni siquiera te he tocado? - hace una sonrisa arrogante.
- Pfff, no sé dé que hablas, más bien tu mirada revela que te mueres por mí - Él sonríe provocándome.
Toma eso... yo también puedo ser presuntuosa.
- Trabajarás los lunes y los jueves, mañana es lunes, así que nos volvemos a ver -
- Entonces hasta mañana Isaac - digo levantándome del mueble.
- Te acompañó a la puerta - él imita mi acción.
Vamos caminando hacia la puerta y me mira por encima de su hombro. Levanto mis cejas cuestionando que es lo que mira, me sonríe de manera pícara.
Me mira mientras camino hacia el auto de Aleysha.
- Aquí estaré a las ocho de la mañana - digo abriendo la puerta del carro.
- Aquí te espero - me responde arrecostado al marco de la puerta con una mano en un bolsillo.
Salgo del parqueo de casa de Isaac. Estoy ansiosa por contarle a Aleysha lo que acabó de pasar, el tiempo camino a casa se va volando. Estoy al entrar al parqueo cuando me doy cuenta...
Es... un carro de policía, parqueado frente a la casa. Mi corazón va a una velocidad voluminosa.
ESTÁS LEYENDO
Su secreto [+18]
RomanceSi pudiéramos saber los secretos de nuestras nuevas amistades a lo mejor no llegaran a ser nuestras amistades. Giselle Moore, una chica de 20 años decide volver al país donde nació, Canada. Vivió en Estados Unidos a partir de los 10 años, se separa...