El día pintaba muy bien, tan bien que era para recordarse. El ambiente ajetreado, los estudiantes yendo de un lado a otro en distintas direcciones, las estruendosas risas o los reencuentros entre amigos, aunque, no era nada nuevo para él. Kim Namjoon, chico extrovertido y realmente abierto a la opinión de cualquiera, un chico centrado en sus deberes y competitivo a la hora de alcanzar sus sueños, también le gustaba la fiesta, le gustaba divertirse y conocer, no había problema para él al momento de hacer amistades, era algo tan natural que lo hacía de forma fluida. Era su tercer año en la universidad y estaba ansioso por poder ver a sus amigos y a los profesores, estaba impaciente por adentrarse a las clases y conocer lo interesante de cada una, moría por socializar, puesto que para él no era nada de otro planeta, al contrario, se le daba muy bien platicar, conocer y relacionarse con diversas personas, amaba conversar y participar.
Caminar de manera casual se le daba naturalmente, su personalidad versátil encajaba con cualquiera, era por eso que no se le dificultaba saludar a cuanto se encontraba en el pasillo. Cuando se dirigía a su salón, pasó frente a un grupo de chicas, les sonrió un poco, y ellas, eufóricas, cuchicheaban sobre lo maravilloso que se veía.
—Hola, chicas. ¿Podrían indicarme dónde queda el salón 201?
Aquellas quedaron mudas cuando la vieron, y ella, un poco ofendida, rodó los ojos demostrando su molestia por la falta de compañerismo.
—Sigue hasta el final del pasillo y doblas a la izquierda. Es la cuarta puerta. —Namjoon se detuvo por un momento al ver a las chicas calladas, esa chica realmente necesitaba ayuda y no se inmutó en hacerlo— Buena suerte.
—Gracias.
Él sonrió y siguió su camino.
—Tontas.
Ella siguió las indicaciones de aquel chico, no era nada difícil, pero se perdió por caminar sin rumbo, las instalaciones de la universidad la atrajeron tanto que quiso seguir observando. Era su primer año en la universidad de artes, fue transferida luego de ser aceptada en su primera opción. Causar primeras impresiones no era lo suyo, la verdad, no le importaba ser el centro de atención, sólo estaba centrada en sus estudios. Caminar entre tanta gente la hacía sentir especial y que sí pertenecía a ese lugar.
—¡Charlie! ¡Llegarás tarde!
Una chica se aproximó a ella al verla detenida.
—¡Perdón! ¡Ya voy!
Ambas atravesaron a todos esos estudiantes, era una osadía poder esquivar a todos los que se situaban allí, pero era más complicado tratar de conseguir un poco de ayuda, por lo visto.
Charlie salió de casa con la mínima esperanza de que sus padres la apoyaran en sus decisiones, ellos estaban hartos de escucharla hablar de sus deseos, preferían que se quedara en casa, que fuera una mujer común y que se dedicara al hogar, que se empeñara en buscar un buen marido, a lo que ella pensaba distinto, así que aceptó la última palabra de sus padres antes de abandonar su hogar. Ya no podría regresar, ya era inútil poder volver con el orgullo y la victoria por lo alto siendo que la daban por muerta, no quisieron verla nuevamente por desafiar sus mandatos. Ya no había marcha atrás, ella ya había conseguido el pase para la universidad, no fue nada difícil lograrlo, así que estaba sola, y, aunque fuesen sus propios padres, ella iba a perseguir sus ideales así tuviese que ser huérfana.
— ¡Vaya...! —exclamó al entrar al salón. El aula era realmente extensa, en el colgaban algunos cuadros de sus artistas favoritos, otros tantos desconocidos, pero que quedaban a la perfección con la decoración— ¡Mira, Suhee!
Su compañera entró y, tal como Charlie quedó asombrada, ella lo hizo al doble.
— ¡Ya me voy, tengo que estar puntual!
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De Ella Aprendí | Libro #1 | CR. ✔
FanfictionDesear una vida tranquila era a lo que aspiraba, no pretendía llamar la atención; tan solo pedía un poco de paz y silencio para estar bien. Namjoon inicia su tercer año en la universidad, lleno de curiosidad como la primera vez, sin embargo, no será...