De Ella Aprendí | Libro #1 | CR. ✔

Capítulo 09

Él no quería, había peleado de muchas maneras para evitar lo que ya estaba hecho, se oponía a acceder a tal cosa si lo que amaba estaba de por medio y si tenía que dejarla, pero ya no estaba a discusión, sus padres ya habían hablado con él y todo ya estaba en regla, pronto, Jeongkook se iría del país para estudiar en el extranjero.

No le fue complicado aceptar lo que sus padres mandaban, hasta él lo veía provechoso, comprendió que era una buena opción para su futuro y que ya no había marcha atrás, lo difícil era hablarlo con Charlie, había pensado en todo, menos en su pequeña, y cómo le pesaba, se imaginaba las reacciones por parte de ella, una cada vez peor que la anterior, pero tenía que decírselo, aunque le doliera dejarla, tenía que hacerle saber su decisión.

En muchas ocasiones retrasó la noticia, siempre tenía una excusa para no hablar de ello, encontraba la tajada perfecta para no herir a Charlie, pero si dejaba pasar los días, terminaría por lastimarla de la peor manera, el día de marcharse se acercaba y no quería verla destrozada cuando él subiera al avión.

Cuando por fin se decidió, Jeongkook le pidió verse, tenía que hablarle con el corazón y ser lo menos idiota posible, pero sabía que ella entendería, su buen corazón hablaba por sí solo y siempre le demostraba que Charlie era una chica comprensiva. Estaba realmente anímico, pero debía poner la mejor cara, aunque eso era imposible. Llevaba media hora mirando a la nada, viendo tras el cristal las posibilidades de un futuro con ella, viéndola a su lado, riendo, llorando, jugando y sonriendo, y eso lo ponía de peor estado. Las lágrimas le amenazaban con resbalar por su afligido rostro, la amargura de estar lejos de ella lo abrazaba y lo asfixiaba cada vez más, no podía verse en aquel reflejo sin ella, era como sacarse el corazón en un arranque de locura.

— ¡Hola, Kook! —ella había llegado, su semblante radiante lo hacía sentir el peor de los novios.

Charlie se sentó y podía sentir la tensión que yacía en los hombros de su novio, realmente lo veía mal, y ya llevaba días viéndose así, le preocupaba su estado anímico y poco alegre que había estado presentando. No sabía si estaba enfermo, si algo lo incomodaba o le molestaba, estaba siendo muy reservado, pero era imposible no darse cuenta si su cuerpo lo reflejaba.

— ¿Quieres tomar algo?

— ¡Lo que mi novio decida! —quería ser linda y que dejara la tristeza que su cara demostraba por un rato, pero sólo consiguió una mueca de su parte— ¿Qué te parece?

Quería llamar su atención, se empeñaba demasiado en que la mirara y dejara sus preocupaciones para después, pero sólo estaba dejándose guiar por las malas vibras que él transmitía y se estaba sintiendo triste de cierta forma. Posó sus codos sobre la mesa y se mantenía atenta a la mirada perdida de Jeongkook, esa sonrisa se fuera desvaneciendo con lentitud, y estaba por perder la cordura y soltarse a llorar como una niña.

— Ahora vuelvo.

Jeongkook se levantó para pedir ¿En verdad no se daba cuenta de lo que le causaba a Charlie? Tan sumido estaba en sus pensamientos que ni siquiera un vistazo le dio a la carita que ella había puesto.

No demoró mucho con el encargo, pero su cara escurrida había empeorado, y eso hacía pensar horrores a Charlie.

— Aquí tienes.

Le entregó su bebida, y se sentó. Quería evitar a toda costa el contacto visual con la chica, pero no notaba el error que cometía al ignorarla. Ella le dio un sorbo a su café, pero el trago fue rasposo, éste era amargo y Jeongkook sabía que lo odiaba. Su corazón se estrujaba con facilidad, en el tiempo que llevaba con él jamás se había sentido así, pero era el día de hacer una mierda a la chica, y vaya que lo estaba viviendo. Se sentía una tonta al estar sentada ahí, era como si la hubiesen dejado plantada, burlándose de ella y sus sentimientos.