¿Cuál sería la reacción al volver a ver a esa persona, una persona que significó mucho y que se había esfumado del mapa? ¿Qué tendrías que decirle, o te atreverías a escuchar todas sus excusas? ¿Serías capaz de regresar a ella dejando a un lado que te dio la espalda cuando más la necesitaste? ¿Podrías olvidar el dolor o resentimiento con tal de volver a lo que era? O ¿Crees que todo será igual que antes?
Esas preguntas rondaban en la cabeza de Charlie, hacían que se mareara y se diera por vencida al no encontrar respuesta por lo menos a una. El reloj marcaba las dos de la madrugada y ella seguía pendiente al techo de su habitación, ese que se empeñó tanto en decorar para tener una vista hermosa y pacífica, pero no le estaba siendo de ayuda con el revoltijo en su mente. Miraba tras la ventana, el cielo oscuro y nublado no se despejaba, pues aún era invierno y el frío atormentaba a todos, pero, por más que buscara concentración, no la hallaba. Siempre trataba de visualizar un escenario donde se reencontraría con Suhee, trataba de darse una idea de cómo sería su reacción, si la abrazaría, si se le iría encima, tal vez sólo la saludaría, o simplemente la ignoraría.
En el transcurso de los meses muchas cosas habían cambiado, y al principio estaba asustada de sufrir por ellos, pero no fue nada complicado adaptarse a ese nuevo estilo de vida, conforme veía cosas nuevas, recorría lugares mágicos y descubría cosas interesantes, se daba cuenta que no era dañino pasar por esos cambios, que, a veces, se tornaban bruscos y te daban golpes sin previo aviso, pero a ella ya no le importaba siempre y cuando fueran por un bien.
Había pasado el día sola, desafortunadamente, Jeongkook tuvo que regresar a casa, sus padres habían vuelto antes de lo esperado, así que tuvo que aceptar en dejarlo ir. Seguía observando el techo, admiraba el buen trabajo que había hecho y Jeongkook siempre se lo recordaba. Ahora sí, todo parecía un hogar, las cajas que estaban en el centro, los cuadros cubiertos de plástico, todo, había sido acomodado y le daba un toque pintoresco a la casa, podría decirse que era magnífica a la hora de pintar, pero era un total desastre en la cocina, no sabía cocinar y el agua se quemaba. Veía la pantalla de su celular, la foto que Jeongkook colocó le parecía demasiado dulce, tanto que le daba caries, su sonrisa que brillaba a todo su esplendor y la cegaba, él era todo un estuche de monerías, pero la seriedad no se le daba muy bien, y prefería que así fuera, o sería aburrido. No se cansaba de ver esa fotografía, le transmitía felicidad y era como un incentivo para poder continuar, incluso, ahora podía pestañear, sentía que el sueño la vencía, le transmitía tanta paz que empezaba a cerrar los ojos.
— Dulces sueños, Kook.
. . .
Los golpes incesantes en la puerta no la dejaban dormir, las piedritas en la ventana eran como taladrar sus más profundos sueños y la estaban irritando. Charlie se levantó de mala gana, se asomó por la ventana y ya estaba nevando, como a diario. Los vecinos no la dejaban dormir, sus hijos molían como nunca y eran unos enanos desagradables, pedía a gritos que regresaran a la escuela para que dejaran de molestar.
Se puso sus pantuflas de gatito y salió para encontrarse con una sorpresa no tan agradable.
— ¿Suhee? —tallaba y tallaba sus ojos, o era un chiste o un espejismo— ¿De verdad eres tú?
Ella sólo sonrió por las tonterías de Charlie, se levantó y se atrevió a pellizcar su mejilla regordeta.
— ¡Lo soy, tontita! —rio por la expresión en su cara, eran de las mejores cuando las hacía— ¡Vengo a ver a mi mejor amiga! ¿No puedo?
Su sonrisa demostraba alegría, pero ¿Por qué no lo estaba? Muchas veces pensó en esa situación, y de todas las reacciones a ello no eran ni la mitad de lo que se imaginaba. Ver a Suhee junto a ella era todo menos felicidad, le parecía un poco extraña, y por qué no, inapropiada su visita. Suhee la miraba rara, podía ver que ya no era la misma chica ingenua y que desbordaba emociones, es más, le sorprendió que no se lanzara sobre ella al verla.
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De Ella Aprendí | Libro #1 | CR. ✔
Fiksi PenggemarDesear una vida tranquila era a lo que aspiraba, no pretendía llamar la atención; tan solo pedía un poco de paz y silencio para estar bien. Namjoon inicia su tercer año en la universidad, lleno de curiosidad como la primera vez, sin embargo, no será...