Capítulo 12

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Mirar al cielo ya no era lo mismo, ya nada era igual, aun si quisiera asimilar que no existió algo y en su vida nunca hubo una mujer espectacular llamada Suhee, no podía, era muy difícil aparentar que sus besos y lo feliz que lo hacía no ocurrieron. Aun podía ver el estado tan deplorable en el que llegó a su casa, lo desecha por la crisis que le causó el encuentro con Charlie, y la forma tan repentina de irse y terminar la relación.

Estaba muy ansioso por saber la verdad, no sabía ni cómo le llegaría eso que Suhee le dejó. Las clases ya habían comenzado, volver ya no era una dicha como la de hace unos seis meses, todo le recordaba a una hermosa Suhee, eso le dolía y lo obligaba a querer llorar. Namjoon corrió con la cabeza abajo, las lágrimas lo traicionaron y tenía que esconderse para desahogarse, aunque, en verdad no le importaba si era víctima de las miradas, ya no soportaba la agonía y el desconsuelo, la opresión en su pecho era más fuerte que cualquier maldito comentario de burla o asombro, se sentía como un castigo, se sofocaba y se sentía encerrado, como si lo tuvieran cautivo y le prohibieran verla.

— Mírate nada más, Namjoon. —se dijo ante el espejo— Eres tan patético ¿Quién te dijo que te enamoraras? Sufres por idiota, nadie te empujó a esto más que tú. —pensar en ella a diario era como una maldición, por más que se esforzara a no sentir nada, era inevitable, ella quedó grabada en su corazón como una dulce canción de amor— Basta, Namjoon. Debes ser fuerte y esperar. Sí, esperaré lo que deba para que ella regrese.

Con agua lavó la tristeza y pedazos de su corazón que derramaba por los ojos, se calmó un poco y salió para tomar su primera clase. Ver caras conocidas le dio un poco de paz, por ratos olvidaba y lograba distraerse para no pensar, pero no contaba con el ejercicio que le profesor les impuso y fue golpeado con la crueldad de la realidad y sintió que moría.

Escribir una canción no era la mejor idea.

La primera clase había sido corta, pero eterna para él. Al salir tenía que ir a buscar a Hoseok, ese chico se desaparecía y deambulaba por la universidad al ser expulsado de las clases, y necesitaba de su compañía más que nunca, tal vez se saltaría ciertas clases para encontrar serenidad.

— No olviden ir por las formas. Recuerden que es para asistir a sus pasantías.

Todos afirmaron a la orden del profesor y fueron saliendo. Namjoon se adelantó para conseguir esos documentos y luego poder escabullirse con Hoseok. Él no se daba cuenta de sus acciones desde que llegó a la universidad, todo el tiempo estaba corriendo siendo que no acostumbraba a hacerlo, iba a prisa, como si el tiempo se le acabara.

— ¡Oye!

Namjoon detuvo su paso al escuchar ese llamado. Un chico de cabello rosado lo había llamado, era un más bajito que él, pero ni así dejaba de ser risueño. El muchacho avanzó hasta él y lo miraba hacia arriba, un comportamiento extraño para Namjoon.

— ¿Te conozco? —dijo al observar de pies a cabeza al bajito— ¡No estoy con tiempo, por favor, si quieres decirme algo, nos vemos cerca de la estatua de la escuela!

Dio media vuelta y siguió caminando. Las oficinas de trámites estaban un poco alejadas del departamento de música, tenía que hacer una proeza para llegar antes que muchos estudiantes que se postularían ese año, y no estaba con ánimos de esperar a que una fila larga avanzara, por suerte alcanzó a ser de los primeros.

— ¡Suhee! ¡Espera!

Una chica a mitad del pasillo gritó tal nombre, y Namjoon se alarmó de inmediato. Volteó hacia donde la chica aclamó, quería correr, esa chica no sería otra más que su chica. Abandonó la fila y se apresuró para detener a la dueña de aquel nombre. Cuando estaba por perderla la tomó del brazo y ella se detuvo de inmediato.

De Ella Aprendí | Libro #1 | CR. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora