Era invierno y las vacaciones empezaron ya. Las árboles secos y cubiertos de nieve, el frío que calaba hasta los huesos y se calmaba con un buen abrigo y chocolate caliente, las vísperas navideñas comenzaron y todos estaban listos para navidad. Charlie corría con la mala suerte de contraer alergias en esas épocas, era insoportable cómo se colaba el aire helado por sus narices y estornudaba sin cesar, por suerte, Jeongkook siempre cargaba pañuelos para ella.
Todos regresaban a casa para descansar, para pasar tiempo con sus familias y festejar, pero Charlie no tenía la oportunidad de hacerlo. Hace unos días llamó a su madre para saber si podía visitarlos, quería pasar la temporada y pensaba que todo estaría en el pasado, pero pensó mal, le fue reiterado el error que cometió, por lo tanto, estaría sola para navidad. Estaba triste, no podía entender lo necios que sus padres se comportaban, lo imprudentes que eran al desplazarla y abandonarla, eso no era una familia, esos no eran unos padres, a eso no se le podía llamar hogar, sin embargo, lo tenía todo, por eso no se permitía flaquear y afligirse.
Jeongkook era el mejor novio, el mejor que había tenido, mejor dicho, el primero. Cuando el chico se enteró de la desdichada familia de Charlie, no dudó en quedarse para hacerle compañía y darle más amor del que ya le expresaba. Sus padres estarían de vacaciones fuera del país, su hermano se iría con unos amigos de campamento, por lo tanto, estaría todo el asueto con ella, y qué mejor oportunidad. En aquellas festividades era difícil no pensar en las veces que le insistió a Charlie para que fuese su novia, a diario se lo decía, él ya estaba listo para iniciar algo con ella, pero la chica lo rechazaba por la insistencia. Jeongkook estaba ansioso de poder tomarla de la mano, de poder apapacharla y llenarla de abrazos, moría de no poder gritar que era su novia y decírselo a todos en los pasillos, quería caminar a su lado y que todos notaran lo afortunado que era, pero ella se negaba, y entre más lo hacía, más persistente era. No perdía las esperanzas de que Charlie fuese su chica, sabía que ella lo quería igual, lo notaba en las pequeñas cosas que hacía, eran diminutas las demostraciones, pero cada una compaginaba y se juntaban para hablar por sí solas, aún si ella no lo expresaba con palabras.
Un día ordinario como cualquiera se convirtió en extraordinario y único. Él fue a buscarla para ir juntos a la exposición de arte de Van Gogh, Jeongkook pretendía insistir una vez más con Charlie, pero ella dejó a un lado a la chica tímida y le tomó la mano, permaneció apegada a él todo el camino, en repetidas ocasiones lo abrazaba y lo miraba a los ojos, algo que lo ponía muy nervioso. Charlie era melosa al extremo, se comportaba diferente y era algo extraño. Era como un torbellino que revolvía emociones, uno que decía mucho y a la vez nada, pero Jeongkook se sentía atraído por ese torbellino lleno de lindura, algo le estaba queriendo decir y quería descifrarlo, llegar al centro y pararlo.
"Una flor prospera cuando se le da amor y, desde el interior, florece en la adversidad".
Y fue así que entendió el comportamiento de Charlie. A Jeongkook le parecía muy interesante el cómo se expresaba, las metáforas que aplicaba en todo lo que decía, explicaba lo bien que entendía la vida y el sentido que le daba por medio de cosas y hechos, le parecía misteriosa la forma en la que hablaba, y pocas como ella sabían explicarse tan bien y llegar al punto de su argumento.
Desde ese entonces, la flor más rara recibía el amor que en la adversidad crecía.
Caminar por las calles cubiertas de nieve le fascinaba, los faroles encendidos alumbraban el sendero, todo brillaba y le parecía mágico, todo a su alrededor le brindaba felicidad, se sentía feliz por poder ver todo a su paso, y qué mejor compañía que la de Jeongkook. Tal vez soñaba demasiado, quizá pedía mucho, tal vez vivía en su propio mundo, pero existía con la esperanza de encontrar a alguien que encajara en ese universo, alguien que la entendiera y no la juzgara por ser una loca, alguien que, a lo mejor no cumpliera sus estándares del chico perfecto, pero que la quisiera tal cual, con cada defecto, con sus errores y sus absurdos ideales, alguien con quien compartir su vida, y Jeongkook, al ser su primer amor, era el que se había ganado su corazón, completamente abierto.
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De Ella Aprendí | Libro #1 | CR. ✔
FanficDesear una vida tranquila era a lo que aspiraba, no pretendía llamar la atención; tan solo pedía un poco de paz y silencio para estar bien. Namjoon inicia su tercer año en la universidad, lleno de curiosidad como la primera vez, sin embargo, no será...