13. "Culpables"

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—Kakashi-san...— saludó Izumo al jūnin, quien venía con su característico caminar, una mano en el bolsillo y en la otra una bolsa de plástico.

—¿Cómo va todo?— correspondió —¿Dónde está Kotetsu? Pensé que le tocaba hoy la guardia.

—Oh, tuvo un problema familiar y me pidió que lo cubriera— dijo sonriente el shinobi y luego olfateó el aire —¡¿Eso es inarizushi?!— preguntó goloso y Kakashi asintió —¡Me encanta!

—¿Sí? En ese caso te diré donde lo compré y luego vas y buscas— la falsa sonrisa adornó el rostro del peliblanco e Izumo hizo un puchero de resignación —Voy a entrar, que nadie nos moleste, tengo cosas que conversar con él— ordenó.

—Como diga, Kakashi-san— respondió el chūnin.

Cuando llegó a la celda de Obito, éste, como de costumbre, giró la cabeza hacia donde provenía el sonido de sus pasos y sonrió ligeramente. Hatake entró a la celda y en lugar de sentarse en el banco del frente, lo hizo a su lado y sacó el obento de madera lacada.

—Huele bien— dijo el Uchiha, arrancándole una sonrisa —¿Aún recuerdas mi comida favorita? Eso es muy tierno de tu parte.

—No te des crédito, tengo buena memoria— fingió desinterés.

—Mmh, claro— dijo divertido —Tienes que ayudarme a comer, tengo las manos atadas— movió sus brazos ligeramente dentro de la camisa de fuerza.

—Puedo desatarte un momento.

-No, no, prefiero que me la des— Kakashi soltó una carcajada algo muy inusual en él, y luego le alcanzó un bocado con los palillos. Obito, después de tragar, preguntó; —¿Cuándo me dejarás salir otra vez?

—Es muy peligroso, si nos descubren...

—Entonces... ¿Sí era verdad que solamente era una ocasión?— la decepción era palpable en sus palabras.

—Obito...— Kakashi no sabía que contestar.

Cierto era que deseaba volver a pasar una noche juntos, que el Uchiha se había comportado atento y dulce, aún cuando al inicio él trató de mantener una línea entre el afecto y el sexo. Después de su primer beso se había olvidado completamente de sus convicciones y entregado a su ex-compañero como nunca había hecho con nadie. Una experiencia muy diferente, nueva y excitante.

—¿No te gustó?— preguntó el Uchiha, tratando de poner un tono de humor. Kakashi no contestó, solo enrojeció ante los recuerdos —Si me dices que no, eres un mentiroso, te ví y te sentí. Nunca había disfrutado tanto en mi vida y tú tampoco.

—Sí, me gustó— dijo simple.

—¿Entonces?

—¿Entonces, qué...?

—¿Vas a sacarme o no? Porque si crees que con venir a visitarme y traerme sushi ya estoy satisfecho, estás equivocado— el peliblanco suspiró profundamente y luego apretó los palillos en su mano.

—Ésta noche— cedió, un poco reticente, pero la sonrisa inmediata de Obito lo alegró.

Así que después de su comida, Kakashi liberó el sello de sus ojos, solamente dejando la venda. El Uchiha podía utilizar su manguekiu para escabullirse y llegar a su departamento sin ser visto. Era un gran acto de confianza, ya que le daba la libertad de escapar, pero sabía que Obito no lo haría. Por extraño que pareciera, aún después de la guerra, confiaba en él.

Antes de irse, el Uchiha se acercó y Kakashi bajó su máscara con lentitud, para dejar un beso sobre sus labios. Así lo dejó solo, esperando ansioso su próximo encuentro.

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