32. "Una oportunidad de libertad"

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—Sa... Sakura-san— la dulce y tímida voz de Hinata, la hizo voltear y desatender a la enfermera que hablaba con ella.

La pelinegra estaba evidentemente sonrojada y traía consigo una cesta con varias frutas y unos pequeños paquetitos envueltos. Sakura despidió a su ayudante y se acercó a ella, manteniéndose tranquila, aunque con cierta satisfacción de verla tan nerviosa en su presencia.

—Hinata...— saludó —¿Vienes a visitar a Naruto?— la Hyuga asintió un poco.

—Le traigo unos watashi y fruta para Sasuke-kun— anunció con una sonrisa que la pelirrosa imitó.

—Eres muy atenta— alagó Sakura, haciendo que la trigueña se pusiera aún más roja "¿Por qué estaba tan nerviosa a su alrededor?" Pensó. Quizás se sentía cohibida después de su confesión —Lamento que hayas venido en vano.

—¿Por qué?— preguntó preocupada.

—¡Esos dos cabezas duras...!— suspiró derrotada —Sasuke salió del hospital sin decir nada y Naruto, después de preguntarme por su condición, también se fué. Ni esperaron a que les diera de alta— bufó —Como si estuviese pintada.

—Oh— exclamó la Hyuga, sorprendida —¿Pero están bien?

—Sí, solo tienen unos rasguños— le quitó importancia al asunto con un gesto de su mano —Es una lastima, esos pasteles deben estar deliciosos...

—Pue... puedes comerlos— balbuceó y le ofreció la cesta. Sakura se inclinó para ver el contenido, su rostro demasiado cerca de Hinata, tanto que la sintió tragar en seco.

—¿Me los das?— insistió y miró directamente su cara roja, Hinata volteó el rostro y asintió —¡Gracias!— dijo alegre.

—No... no es nada— negó repetidas veces y puso el paquete en sus manos —Que tengas un buen día— se apresuró a decir y se giró para marcharse.

—Igualmente, fué lindo verte hoy— dijo la pelirrosa, Hinata detuvo su andar un momento con la espalda visiblemente tensa, pero después lo reanudó.

***

El ambiente era espeso, demasiado incómodo. Tsunade los miraba con severidad desde su escritorio y ellos permanecían de pie, uno al lado del otro, en posición de firme.

La Hokage se cubrió el rostro con las manos, para después frotar su cuello adolorido y suspirar.

—Kakashi...— comenzó y el peliblanco despegó sus ojos del suelo y la miró —Si fuese otra persona, Naruto quizás... ¿Pero tú? ¿Qué edad tienes ya?

—Treinta y tres— respondió el shinobi y Obito frunció los labios para no reírse.

—¡¿De verdad?! ¿Qué crema...? Olvídalo— sacudió la idea de su cabeza y carraspeó —Ya no eres un muchacho, lo que hiciste fué muy irresponsable y estoy hablándote como alguien que te aprecia, si lo hiciera como Hokage y como jueza, los cargos contra tí son suficientes para exiliarte ¿Entiendes eso?

—Lo entiendo— dijo serio —Aceptaré las consecuencias de mis actos, pero les suplico no culpar a Obito por un error que yo cometí. Fuí quien lo liberó, él no tiene...— la Godaime levantó una mano para que se callara y vió como el Uchiha tomó la de Kakashi y apretó sus dedos con cariño.

—Es cierto que Kakashi me liberó, pero yo lo permití— afirmó.

—No estoy buscando quien es el culpable— espetó la Hokage —Ambos tienen parte de la responsabilidad por lo sucedido. La otra es mía, por no pensar de que Obito pudiera también desarrollar un subgénero— confesó —No les voy a mentir, será difícil que salgan de ésto impunes. Tengo que discutir su caso con los ancianos y entonces les daré una respuesta.

Alpha ShinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora