Alpha Shinobi

22. "¡Ayuda, Guy-sensei...!"

Allí estaba de nuevo, como todos los días, rodeada de papeles y documentos. El trabajo de un Hokage no cesaba. A veces se preguntaba cómo hacía el viejo Sarutobi para cumplir con sus tareas...

Además de su pesada y aburrida rutina, a sus preocupaciones se sumaba el exito que tuviese Jiraiya en la búsqueda de Yamato. El jūnin estaba a cargo de la vigilancia de Orochimaru, al cual, por consejo del mismo Jiraiya, Tsunade había enviado la investigación y detalles sobre los subgéneros. El sannin, aunque extraño, excéntrico, raro, obsesivo... y muchas cosas más que no quería ni pensar, era un especialista en genética y jutsus. Aún no confiaba en él, después de todo lo que hizo en contra de la aldea, pero después de la guerra había permanecido tranquilo y reivindicándose de alguna manera. Así que la Godaime esperaba que pudiese ser de ayuda.

Justo cuando se disponía a tomar un descanso y algo para almorzar, tocaron la puerta. A su orden entró Kakashi, con un semblante serio que pudo notar, a pesar de la máscara que usaba el shinobi.

—Tsunade-sama— saludó con una leve reverencia —Necesito hablar con usted.

—Claro...— se inclinó hacia adelante y apoyó su barbilla en las manos entrelazadas, prestándole toda su atención —¿Qué ocurre?

Kakashi suspiró, sin saber como empezar. Luego de un rato, cuando la quinta levantó una ceja, se acercó un paso y habló;

—Es sobre Obito.

—¿Qué sucede?— preguntó con seriedad.

—Quería pedirle que abogara por él, para que fuese trasladado a un lugar más cómodo.

—Kakashi, Obito Uchiha tiene un dōjutsu muy peligroso. Si no se mantiene bajo vigilancia estricta, puede escapar fácilmente.

—Él no hará tal cosa— espetó Hatake.

—¡Es un criminal de guerra! ¡¿Ya lo olvidaste?!— gruñó molesta.

—Pero nos ayudó al final...

—Eso no quita todo lo que hizo ¡El Kiuby en la aldea, Minato, Kushina...!

—Las personas tienen derecho a arrepentirse. Naruto lo perdonó ¿Por qué la aldea no? Si no fuera por Obito, no hubiésemos vencido a Kaguya y estaríamos todos muertos.

—¡Dije que no! ¡Es mi última palabra!— dió un golpe fuerte en la mesa.

—Definitivamente Konoha sigue envenenada en contra de los Uchiha— siseó. Los ojos miel de Tsunade se abrieron con estupor.

—No puedo creer lo que estoy oyendo... ¿Tú, Kakashi? ¿Desacatando mis órdenes?

—Soy fiel a la aldea y la voluntad del Shodaime, pero no actuaré como si estuviese ciego... ¿Dónde están las otras personas que dañaron a la aldea? ¿Dónde está Orochimaru? ¿Acaso ya se olvidó que mató al Sandaime, lo que le hizo a Sasuke? Simplemente culparon a mi alumno por traición, cuando fué el sannin quien puso esas ideas en su cabeza ¡Tenía trece años!. Orochimaru se arrepintió, bien... Obito también y lo tienen como prisionero, con los ojos vendados y sin comunicación— respiró profundo, para intentar relajarse un poco —Por favor, Tsunade-sama. Yo me haré responsable por él, si hace algo en contra de Konoha, puede tomar mi vida como compensación.

—¡No!— volvió a responder. Kakashi apretó los puños al lado de sus muslos y justo cuando iba a protestar, la puerta se abrió de manera repentina.

—¡Tsunade-Sama!— gritó Temari, con cara de angustia —Es mi hermano...— la Hokage se puso de pie con rapidez

—¿Qué ocurre?— inquirió.