41. "Lo sacrificaría todo porque fueras feliz"

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—¡No lo dije!— gruñó Sasuke, ya fastidiado por un insistente Naruto.

Después de una larguísima sesión de sexo, a causa del celo del Omega, ambos habían quedado acostados sobre la cama y abrazados.

—No soy un mentiroso, Sasuke— señaló el rubio, con el ceño fruncido —Dijiste que querías un bebé conmigo.

—Pues en mi sano juicio no lo hubiese hecho— bufó y se puso de pie, sin importarle su desnudez. Naruto lo vió salir de la habitación en dirección al baño, y lo siguió.

—¿Por qué te molesta tanto la idea?— inquirió.

—No lo sé...— dijo con sarcasmo —¿Porque los hombres no dan a luz?

—Pero tú eres un Omega.

—¡Eso no me hace menos hombre que tú!— espetó, golpeando la puerta de madera con la mano.

—Por supuesto que no. No fué lo que quise decir....

—¡Si tanto quieres un hijo, pues busca una mujer que te lo quiera dar!— gritó y cerró la puerta en sus narices.

Naruto apretó fuertemente su mandíbula de la impotencia. Luego apoyó su frente en la madera y aún pudo escuchar como murmuraba enojado en el interior. Tomó una respiración profunda para calmar su enojo.

—Sasuke... no podría cambiarte por ninguna persona en éste mundo, y eso lo sabes. No te niego que me hace mucha ilusión tener una familia contigo, pero si tú no lo deseas, pues no será... Eso no me hará alejarme o amarte menos. Lo siento si te presioné en algún momento, es que pensé... como en tu celo, tú...— suspiró —Voy a volver a los entrenamientos.

Después de usar el otro baño, Naruto se vistió y salió de la casa. Aún sin recibir respuesta alguna del Uchiha. Habían pasado casi treinta horas desde que dejó solos a Kakashi y los otros... Claramente ya no estaban en el campo. De igual forma allá se dirigió y se sentó debajo de un árbol, a plena madrugada y en soledad.

Prefería darle espacio a Sasuke, lo necesitaba. Concluyó que debía dejar esas iluciones de un hijo propio de lado. Su pareja estaba renuente y para él, era más importante hacerlo feliz, que cumplir sus caprichos.

—Pero no lo es...— murmuró, arrojando una pequeña piedra a la lejanía —no es un capricho.

Después de una hora en la tranquilidad del bosque nocturno, no pudo evitar dormirse. Se sentía agotado físicamente tras corresponder a la exigencias de su Omega. Justo al amanecer una mano sacudió su hombro, haciéndolo abandonar el mundo de los sueños.

—¿Te echaron de la casa?— bromeó Obito y Naruto negó con diversión.

—Es complicado— se rascó la cabeza en disculpa —¿Y Kakashi-sensei?

—Viene en un rato, fué a informarle a la Hokage de los progresos— dijo el Uchiha y se dejó caer a su lado.

—¿No tenía que estar vigilándote?— preguntó y Obito solo respondió con un encogimiento de hombros.

Naruto suspiró amargamente, y después ninguno de los dos dijo palabra. Aún había un poco de tensión entre ambos. Era inevitable y con cada segundo que pasaba, se volvía más molesta.

—Si quieres puedes hablarme de lo que te inquieta— murmuró el Uchiha, un tanto inseguro. Naruto sonrió levemente ante el evidente intento por entablar una conversación.

—Solo me molesta no poder ponerme en el lugar de Sasuke, en ocasiones. Me hace enojar y sentir ansioso. Quisiera ser todo para él, no solamente su pareja o su amigo, pero muchas veces no logro entenderlo.

—¿Y te sientes decepcionado contigo mismo por eso?— preguntó Obito y Naruto asintió —No seas tonto— rió —a los Uchiha nadie nos entiende, somos bastante volubles.

—Eso ya lo sé— concedió el rubio —pero ésta vez fuí yo el que lo hizo enojar— Obito se quedó esperando a que continuara —He sido bastante egoísta, pidiéndole tener un bebé simplemente porque es Omega, sin importarme lo que pueda sentir él al respecto. Ni siquiera le pregunté...— lanzó otra piedra que el Uchiha siguió con la vista.

—¿No crees que son demasiado jóvenes para pensar en eso?

—Sí, y no digo que lo tengamos ahora... pero también pienso que si encuentran la cura para los subgéneros y él decide tomarla, perderemos esa oportunidad.

—Siempre pueden adoptar en un futuro— señaló.

—Lo sé, y no me molestaría en absoluto. Yo pasé toda mi niñez solo, no deseaba otra cosa que el calor de una familia...— apoyó la cabeza en el árbol, mirando el follaje verde de arriba moverse con la fresca brisa matinal —pero no pudo ser. Por supuesto que le daría una oportunidad a un niño así; de compartir una cena con alguien o... recibir un regalo de cumpleaños que no fuese una mesada. Pero también deseo con todo mi ser tener uno propio, que lleve mis genes, el de mis padres, el de mi clan del que no sé casi nada, pero al cual pertenezco— después de un rato en silencio, para calmar el nudo en su garganta, añadió; —Yo una vez estuve dispuesto a abandonarlo todo por Sasuke, incluso mis sueños, así que en ésta ocasión no es diferente. Mientras él sea feliz... yo lo seré.

—Es como si escuchara a Minato-sensei hablar— señaló Obito y Naruto resopló una risa triste —Él...

—No tienes que decir nada. Sé lo que piensas de mi padre, las razones por las que tomaste decisiones erradas y ya te dije que no te culpo. Dejemos todo eso atrás y quedémonos con los buenos recuerdos.

—Gracias...— murmuró Obito, con voz rota y Naruto asintió en silencio —Quizás solo debas darle tiempo a Sasuke— dijo después de unos minutos —Tú y yo no lo sabemos, pero debe ser bastante difícil que tu cuerpo cambie de esa forma tan drástica y poco natural. Kakashi también estaba muy afectado, pero recientemente él mencionó estar pensando en no tomar el antídoto.

—¿De verdad?— preguntó Naruto con asombro y el Uchiha asintió, para luego desviar la vista hacia una figura que se acercaba por la vereda.

—Te dejo solo, me imagino que querrán hablar— dijo serio y se puso de pie. Naruto lo observó alejarse y luego notó que era Sasuke, quién venía en su dirección.

El pelinegro, serio y un poco apenado, se paró justo delante de él y le tendió una bolsa con un obento.

—Te fuiste sin comer nada. Necesitas recuperar energías— señaló y Naruto, después de agradecerle con una sonrisa, tomó la bolsa y la puso entre sus piernas cruzadas. Sasuke se sentó frente a él y le retiró sus manos del nudo, con suavidad; —Permíteme— dijo, desatándolo él mismo y después destapando el recipiente.

—¡Huele muy bien!— exclamó el rubio.

—Perdón por enojarme contigo— murmuró, haciendo que Naruto lo mirara y después de tragar el primer bocado, retirara un poco su flequillo, en un gesto íntimo y cariñoso.

—Perdóname tú, por ser tan insistente. No pensé en lo que podrías sentir, y lo siento.

—Yo... me lo pensaré— confesó.

—Sasuke, no tienes que hacerlo porque yo lo quiera— señaló con el ceño fruncido.

—No, no es por eso, solo quiero analizar bien mis pensamientos al respecto— se inclinó hacia adelante y retiró el protector de su frente, para dejar un pequeño beso en ella.

Alpha ShinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora