Un pergamino prohibido es destruido y cambia completamente el mundo ninja conocido, poniendo a nuestros personajes en un aprieto. Sobre todo a Naruto Uzumaki, quién en su condición de jinshuriki, es el más afectados de todos. Sin embargo, todo ésto...
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"Querido Teme:
Hace meses que no sé de tí, por lo menos nada personal. Comprendo que éste viaje fué necesario, pero han pasado dos años y q̸u̸i̸e̸r̸o̸ queremos verte en la aldea. Extraño a mi mejor amigo, Sakura, Kakashi-sensei y aunque no lo creas, los otros chicos también. Admito que aunque estoy rodeado de personas, hay veces en las que me siento solo. Solo tú puedes comprenderme y quisiera que pases por aquí, si es que tienes un tiempo o si m̸e̸ nos extrañas, tan solo un poco.
Usuratonkachi"
***
—¡Cuanto polvo hay aquí adentro!— se quejó Genma, mientras sacaba unos pergaminos de un almacén en ruinas, a las afueras de la aldea.
—¿Estás seguro de que Tsunade-sama ordenó quemar todo?— preguntó su compañero.
—¿Cuándo me he equivocado, Aoba? Ella mandó desmantelar éste lugar— respondió, para luego estornudar cuando una nube de polvo le cubrió el rostro, al caerse algunos rollos desde un estante superior —Ve sacando todo, haremos la hoguera allá afuera.
Poco a poco fueron haciendo una montaña con los pergaminos viejos y algún que otro documento amarillento y comido por polillas. Justo antes de encenderla, Aoba salió con una caja nacarada y negra, para enseñársela a su compañero jūnin.
—¿Ésto también?— preguntó —Se ve importante— Genma la abrió y vió un rollo viejo atado con una cuerda roja, en una esquina tenían las letras A y O, pintadas a mano.
—No es más que otro vegestorio. Lady Hokage dijo "todo"— diciendo ésto, lo arrojó a la pira.
***
Ver las puertas de Konoha, aunque fuese de noche, era nostálgico. Recordaba claramente la primera vez que salió de la aldea junto a su nuevo grupo; pero ahora, en su regreso, sentía que era como un extraño. Todo había cambiado, la distribución de las casas, las personas... "La guerra transforma". Solo había una cosa que seguiría igual que antes y de eso estaba completamente seguro. Esa persona que; aunque atravesó por las pruebas más difíciles, siguió siendo fiel a quien era. Era inevitable sonreír un poco cuando lo recordaba.
Tocó su bolsa de kunais, donde llevaba guardada la carta que Naruto le había enviado con un sapo. Esa hoja estrujada con tachaduras, letra fea y tanta personalidad.
No pensaba volver, sin embargo, no podía negar que se sintió un poco inquieto al leer el mensaje de su amigo y habían pasado dos largos años desde la última vez que se vieron, cuando le devolvió su protector; ese que guardó durante todo el tiempo que estuvo sumergido en la oscuridad. Y viendo que estaba cerca la fecha de su cumpleaños, creyó que era buena idea pasar unos días en la aldea, antes de reanudar su viaje de expiación.
