En sus garras ⛓️❤️ [En Curso]

†13† Infierno Personal

Narrador Omnisciente

Una brisa fría atraviesa el ambiente tenso donde se desarrolla una de las fechorías más horribles en la historia de la familia Hansen, la familia de mafiosos y asesinos.

Hay dos hombres a cada lado de una chica, cuya libertad le fue arrebatada hace unos minutos en un acto de amor tóxico. Ambos hombres ocultando sus rostros con pasamontañas, en el qué sólo uno de los rostros es conocido para ella. Cosa que ella desconoce, pero el chico a su lado quiere que conozca. Pero aún no es el momento.

La chica en el suelo, su ropa sucia por su caída y su labio pálidos sangrando. Su cabeza está hecha un desastre con los últimos acontecimientos que surcaron su vida. Ella se pregunta si será libre algún día, pero dicho pensamiento es interrumpido por un grito, una orden.

-¡Muévanse, inútiles! -el hombre de capucha negra, que a los ojos de Sandra parece ser el líder de todo el plan, sale por la puerta que hace unos minutos había atravesado dejando en el aire una orden muy clara para los otros encapuchados- Ya les di una orden.

La amenaza se siente en el aire, casi como un pequeño susurro que promete un futuro perturbador para los ayudantes del líder, de Monster. La pose del último es de autoridad: los hombros alzados al igual que su mentón, sus brazos cruzados y su rostro cubierto aún; como si fuera necesario recordarles a los otros dos su posición en este plan y en ésta ocasión.

Los encapuchados levantan a la chica por los antebrazos, ella trata de forcejear pidiendo clemencia, suplicando su libertad.

-¡Por favor, por favor, no! -lloriquea la chica -¡Dejenme ir, les prometo que no le diré a nadie!

Monster, en su papel de autoridad, no podía dejarla ir. Después de todo tiene todo lo que él desea justo en frente de él. La chica de la se enamoró perdidamente, y de la que anhela obtener el amor como sea.

-¡Por favor! -suplica Sandra. La cual no sabe de donde ha salido esa valentía de hablar, más bien, suplicarle, a estos criminales.

Nunca ha sido una persona muy sociable, siempre había tenido dos amigos. Los cuales no estaban con ella en ese momento.

¿Volveré a verlos? ¿Volveré a ver a ver a mis padres y a mi hermano? Se pregunta la chica cuando el recuerdo de sus amigos y familiares le abarca su mente.

Sus ojos se empapan una vez más, ahora no puede contener las lágrimas.

Monster da una última orden, la cual Sandra no escucha por sus incontrolables sollozos. Los ayudantes hacen los ordenado e introducen a la secuestrada a lo que será su "hogar" por mucho tiempo. Ella ya no puede más, se encarga de llorar y ser una carga pesada para los hombres que la sostienen.

Al entrar en aquella mansión de elegante estilo, Sandra siente como una parte de ella se rompe. Obligándola a caer nuevamente en la realidad.

Monster se había quedado varios pasos detrás de ellos, creando un espacio entre el amor de su vida y él. Teme que por estar cerca de ella se deje llevar por sus impulsos.