Seguramente no estaría tan alterada si su amiga no se hubiera mostrado tan insistente cuando la llamó la tarde anterior para quedar con ella. Se abstuvo de hablarle de la camiseta, porque conociéndola, era muy capaz de invitar a Christopher a tomar café con ellas y lo que más deseaba Dulce era evitarle.
Si no lo hacía podía cometer un error de cálculo y acabaría colgada de un hombre que le había dejado muy claro que no sentía nada por ella. Y eso, no podía permitírselo. Con su padre y su abuelo ya había tenido suficiente desinterés masculino para toda una vida.
Tomó la carta, aun sabiendo que se iba a decantar por un capuchino y un muffin de yogur y cerezas, y le dio otra vuelta más a su historia. Tenía que convencer a Anny de que no buscaba
nada romántico con Christopher, que ya puestos era cierto, ¿no?
De modo que lo mejor era lanzarse desde el primer momento y contarle lo que quería saber sin muchos rodeos; si evitaba el tema entre frases vacías y florituras, Anny se daría cuenta de que
la historia le afectaba más de lo que quería dar a entender, y entonces el tercer grado pasaría a ser en una habitación cerrada a cal y canto y con bombilla en los ojos.
Justo cuando el camarero se acercaba para tomarle nota, divisó a su amiga entrar en la cafetería con paso decidido y una sonrisa expectante en la cara.
—Buenos días y Feliz Año.
—La saludó dándole dos besos y un abrazo. Y añadió mirando al chico que esperaba paciente para saber qué iban a tomar—.A mí ponme un café con leche y un muffin de chocolate, por favor.
Dulce pidió otro café con leche y un muffin de cerezas y yogur. El hombre les sonrió amistoso y regresó a la barra para pasarle la nota a su compañero que se encargaba de preparar los pedidos.
Intervalo que Anny utilizó para lanzar su ataque.
—¿Qué tal te fue en Alcolea?
—Sí que vas directa al grano — comentó Dulce. De repente su plan de ser sincera se le había atorado en la garganta. No estaba segura de ser capaz de disimular con Anny.
—Estoy dispuesta a ir haciéndote las preguntas de una en una si no empiezas a contarme ya cómo te fue el Fin de Año.
Tú eliges. —Amenazó muy seria.
—De acuerdo. Me acosté con Christopher y al día siguiente fingí que no me acordaba de nada para evitarme sus remordimientos cuando descubriera lo que habíamos hecho.
Anny abrió la boca para decir algo, pero se lo pensó mejor y comenzó a reír con ganas.
—Supongo que me lo merecía por impaciente. Por cierto, estás muy guapa, ¿qué te has hecho? Pareces diferente, pero bueno eso me lo cuentas luego.
Ahora dime qué tal te fue.
—¿A qué pregunta prefieres que te conteste primero? —preguntó, sin embargo respondió antes de que Anny pudiera hacerlo—. No me he hecho nada extraordinario, May me planchó el pelo anteayer y todavía no me lo he lavado. Y sobre mi estancia en tu casa, acabo de contarte lo más relevante y tú te has reído de mi historia. ¿Qué esperas que diga ahora? ¿Que Christopher intentó
envenenarme con un picadillo de almendras?
—Definitivamente no había sido una buena idea lo de ir directa al meollo.
—Hablabas en serio —dictaminó al ver la seriedad con la que había hablado —. ¡Te has acostado con Ucker!
Dulce no contestó con palabras, su cara era toda una respuesta por sí misma. Estaba entre enfadada y ofendida por la incredulidad de su mejor amiga.
¿Acaso no había intentado liarlos ella misma?
—¡Oh, Dios mío! Qué fuerte me parece, pero si le odiabas.
—¿Por qué piensas que ya no lo hago? —Atacó, cada vez más enfadada
con Anahí por juzgar cada palabra, cada gesto.
Odiar era una palabra muy fuerte, ella no odiaba a nadie, simplemente no le había caído bien cuando le había conocido, aunque con el trato se había dado cuenta de que no era tan malo
como había imaginado.
Anny ignoró la pregunta y la instó a que le contara la historia completa.
Eludiendo los detalles más íntimos, Dul le relató lo mal que comenzó la convivencia, su amistad con Eugenia y su ataque de alergia la noche de Fin de Año. Su amiga la observaba atentamente, parando su explicación cuando quería profundizar en algo que le llamaba especialmente la atención.
—Y eso es todo. —Terminó encogiéndose de hombros.
—¡Wow! Siempre supe que conectaríais, lo que no entendía fue que
se rechazarían cuando apenas se conocian.
—Puede que sus palabras me afectaran un poquito más de lo que quise reconocer. Pero eso ahora tampoco importa mucho —dijo dándose la vuelta y cogiendo la bolsa que había colgado en su silla.
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Dulce Maria No Deshoja Margaritas
FanfictionLa música es lo más importante en la vida de Dulce María su trabajo, su manera de expresarse, su pasión...