Ella era Mía |K. NJ| |+18|

30►Tres cosas

Tn____.

Él no ha cambiado.

No sé porque me decepciona descubrir eso, no es como si esperara algo mejor de él, (o tal vez sí), pero el vacío que se está formando en mi pecho no me lo quita nadie.

La forma en la cual me trató, como si fuera una bonita muñeca de juguete, me trató exactamente como me trataba el NamJoon de nuestro matrimonio, como un objeto más.

Y a veces me preguntó, ¿cómo es que alguien como yo pudo enamorarse de eso?, pero cuando estoy por arrepentirme, cuando estoy a punto de juzgarme y recriminarme por mis acciones, la respuesta llega: Yo no me enamoré de ese NamJoon, no me enamoré del hombre que me trata como un objeto, no me enamoré del hombre que me sonríe una vez al mes. Me enamoré del hombre perfecto, amable y atento, coqueto y acogedor del cual al parecer no queda nada.

— ____.—La voz de Jimin me obliga a levantar la cabeza y lo veo recostado sobre el marco de la puerta, mirándome con preocupación.— ¿Ya no quieres ir?, puedo decirle al taxista que se valla.

Suspiro.

No, no quiero ir. Pero lo haré, no por mis padres ni por Nina a la cual no logro entender del todo hasta ahora, no por Jin que ni siquiera me dirigió una levemente mirada hoy, ni por él, quién un día lo fue todo para mí y ahora lo desconozco tanto que lo único que me queda de él es un recuerdo. Lo haré por mí, porque ya no me siento cómoda a su alrededor, lo haré porque me merezco este cierre, lo haré hoy, para no volver mañana.

—Si, claro que quiero ir, iremos a comprar sushi de paso, NamJoon no sabe cocinar.—Jimin asiente pero se ve dudoso.

Se que él no se espera eso, Jimin es un fanático del romance y de las historias con finales felices, así que ver a NamJoon comportarse como un auténtico idiota no era lo que él esperaba.

Jimin esperaba un NamJoon arrepentido y nervioso, amable y sumamente cariñoso, un NamJoon diferente.

Me cuesta aceptarlo, pero a decir verdad yo también lo esperaba, al parecer ambos nos llevamos una decepción.

—Sushi suena bien.—Se limita a decir y sale de la habitación.

Me aplicó un poco de labial y un gloss encima para completar mi maquillaje, tomo mi bolso y salgo del baño apagando la luz.

—¿Nos vamos?

*

El taxi dobla la esquina y mientras yo sostengo el sushi entre mis manos, Jimin mira por la ventana con la boca abierta.

—¿Aquí naciste?—Pregunta, sorprendido.

—No, nací en un pequeño apartamento en Brooklyn, mis padres no siempre tuvieron tanto dinero, pero aquí pase gran parte mi vida.

—¿En serio naciste en Brooklyn?—Asiento.—¿Y qué pasó con ese apartamento?

—Mis padres lo dejaron atrás, después de todos ellos solo rentaban el lugar, como todo los que vivían ahí. Es un lugar muy bonito en un barrio no tan seguro, pero de todas formas lo compré.

—¿Compraste el apartamento?

— Compré todo el edificio.

—Los ricos son extraños.—Me río.

—No lo compré por capricho, Jimin. Tenía planeado hacer algo con él, pero esa misma semana conocí a NamJoon, y lo demás ya lo conoces.

—¡¿Esos son dos Lamborghinis?!—Jimin vuelve a distraerse con las mansiones frente a él y yo niego aún sonriendo.—¿Cuánto dinero tienes que tener para comprar dos de esos?