10▶Pastel

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Maratón 1/?

Namjoon.

—Nam.. —Sonreí complacido al escuchar otra de sus súplicas, ella quería jugar, nadie puede culpar me por lo que le estoy haciendo ahora.

—No te escuche linda ¿que fue lo que dijiste? —Ella jadeo algo desesperada, la había escuchado a la perfección y ella lo sabía.

—Por favor... —Asentí lentamente mientras acelere la velocidad del vibrador que ahora se encontraba sobre su sencible parte íntima, el mismo emitía un sonido algo extraño, pero dicho sonido era camuflado por los gemidos de mi esposa.

Hace más de media hora le ate las manos sobre la cama y le saque toda la ropa para luego poner el dichoso juguete sexual sobre su clitoris, de vez en cuando bajó la velocidad y luego la subo, me gusta ver como súplica. No puedo negar que mi entrepierna me esta torturando y quiere salir para darle placer a  ___, pero me estoy divirtiendo en demasía con esto.

—No me hagas esto, NamJoon. —Si duda alguna fue el mejor regalo que le dio mi hermano.

—Ok, como gustes. —Apague el vibrador y lo deje a un lado de la cama para luego tomar a ___ con cuidado de la cintura y la recuesto sobre la cama, ella está jadeante y sus labios rojos por tanto morderlos.

Me saque los pantalones con rapidez dándole un poco de tiempo para recuperar el aliento y vi como ella se sacó los bragas, que imagen más estimulante.

Estando ya completamente desnudos me acerque a ella y tome su desnuda cintura para acercarla más a mi, mi abdomen toco sus esponjosos pechos y ella gimio ante el contacto.

—Eres muy linda. —Confesé, y ella se ruborizo más de lo que ya estaba, sí es que eso era posible claro.

Al no recibir respuesta me dedique a besarla, cuando mis labios tocaron los suyos ambos se movieron con freneci. Nuestros labios eran como un par de piezas de rompecabezas, encajan a la perfección. Ella muerde mi labio tímidamente y yo gruño involuntariamente, no puedo creer que ese simple gesto tan tímido me poniera más de lo que ya estoy.

—Tan tierna... —Murmuró en sus labios antes de volver a besarla, una de mis manos se apoya en el colchón para que todo mi peso no valla sobre ella y la otra recorre su sedosa cintura y doy pequeños pellizcos haciendo que jadee contra mis labios.

Después de nuestro característico juego previo me acomodo en el medio de sus piernas, ella enreda sus piernas sobre mi cintura y me atrae más a ella haciendo que su intimidad roce con la mía.

Lo mejor de que ___ tomará las dichosas píldoras para controlar su menstruación era que podíamos hacerlo sin protección, y maldita sea, si que se siente bien.

Me moví un poco para posicionarme en su entrada y después entre lentamente, como usualmente se hacerlo.

—Ah... —Sonríe al ver el efecto que tengo en ella y ella tomo mi cabello para jalar de el, no era doloroso pero si algo nuevo, nunca habíamos echo algo así.

Comencé a mover mis caderas con rapidez haciendo que ella se aferre a mi cabello.

—Ah, por dios. Más rápido. —Me susurró y baje mi cabeza para besarla.

—No te escuche. ¿Podrías repetirlo? —Ella gimio en frustración y me reí contra sus labios mientras seguía moviendo mis caderas.

—Por favor. —Suplico y claro que obdeci, el contacto de mientras pieles comenzó a emitir un sonido muy erotico a mi parecer.

—NamJoon...

—Me calientas tanto, vuele a repetirlo. Ambos estábamos apunto de llegar a nuestro orgasmo y ella comenzó a jadear, sus paredes vaginales comenzaron a estrecharse aún más alrededor de mi miembro y eso me estaba llevando al borde así que moví mis caderas mis rápido.

—Nam, Nam, NamJoon... —Ella me beso al llegar y yo le correspondía ya que segundos después también lo hice.

Yo caí jadeante y sudoroso junto a ella, moví un poco la cabeza y vi que ella se encontraba en mi mismo estado, un poco de sudor corría por su cuello  y sus labios entreabiertos Tenían un tono rojizo que me encanta.

Me moví un poco par quedar más pegado a ella y tomé su cintura para atraerla a mi, bese su frente y luego su cuello.

—Duerme. —Ella asiento aún con la respiración errática y poso su mano sobre mi pecho.

×

Entre a nuestra habitación  intentando hacer el menor ruido posible y vi que ella aún dormía, la deje completamente arropada y es más que obvio que se movió como un gusano ya que sus lechosos pechos desnudos están a mi pleno placer y visión y sus pezones se ven algo tensos.

Deje la bolsa sobre la mesita de noche y me incline para besar sus labios.

—Despierta, dormilona. –Ella se removió pero se levantó muy rápidamente dejándome ver sus ojitos hinchados.

Se tapo la cara con una de sus manitos y me reí.

—Buenos días. —Me sonrió levemente y yo bese su frente.

—Buenos días.

—¿Donde fuiste? —Me pregunto mientras se incorporaba, tapo su desnudez con la sabana por obvias razones.

–Fui a traerte una sorpresa. —Ella ladeo la cabeza como un cachorro confundido pero de todas formas vi sus ojos brillar.

—¿Enserio? —Asentí y tome la bolsa de la mesita de noche

—Toma. –Le extendí la bolsita y ella lo tomó casi arrancando la envoltura.

—¡Pastel de chocolate! —Se lanzó a mis brazos y comenzó a repartir besos por toda mi cara. —Te amo.

—Ya, come tu pastel o me lo comeré yo.

×
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Ella era Mía |K. NJ| |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora