Diferentes pero Iguales (Max Verstappen)

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No debí haber aceptado - se queja Max.

¡Vamos! ¡No está tan mal! - exclamo mirando las galletas recién sacadas del horno.

Están negras y son duran como una piedras - dice alzando una ceja.

Igual son comestibles - digo.

Solo si quieres envenenar a tu peor enemigo - dice asiendome reír.

Vamos que no están tan mal, come una - digo pasándola una galleta.

Ni loco - contradice.

Solo una - digo con un puchero.

-no

-si

-no

-si

-no

-si

-no

-si

-si

Entonces cometela - le digo.

No es justo, me enredé - se queja.

No es para tanto, solo es una galleta, dale solo una mordida - intento convencerlo.

Solo una - dice mirándome serio

Exacto - le digo.

Max toma una galleta y le da un mordisco, pone cara de asco y lo escupe.

¡Que mierda es esto! - exclama - ¡Dame agua!

Le paso un vaso con agua, se lo bebe completo, abre el refrigerador para sacar un frasco de mermelada y con una cuchara empieza a comérsela.

¿Es enserió? - pregunto incrédula.

Sabía asqueroso, tengo que pasar el gusto con algo dulce - explica.

Que conste que las hicimos los dos - le digo.

¿Me estas echando la culpa? - pregunta.

Solo digo que ninguno es bueno en la cocina - digo con una sonrisa.

¿Entonces que comemos? - cuestiona.

Podemos pedir una pizza - sugiero.

Yo llamo - se ofrece Max.

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¿Cuanto te dijeron que se demoraban? - pregunta Max después de un rato.

Al final tuve que pedir la pizza yo porque Max no sabía español, dijeron que se demoraban alrededor de 20 minutos pero ya han pasado 40.

Ya deben venir llegando - digo.

Hace media hora dijiste lo mismo - dice.

No exageres, no ha pasado tanto tiempo - digo poniendo los ojos en blanco.

Justo en ese momento suena el timbre.

¿Abro yo? - ofrezco.

Eres la única que sabe español - dice Max.

Me levanto del sofá y camino en dirección a la puerta.

Hola - saludo abriendo la puerta.

Disculpe la demora, tuvimos un problema con el vehículo - se disculpa el repartidor.

No importa, ¿cuanto es? - pregunto.

Después de pagar la pizza, me siento al lado de Max y pongo la caja en la mesa de centro.

Lista y caliente - digo.

Ya era hora - reclama él, mientras saca un pedazo de pizza.

Juguemos el juego de las preguntas - propone Max después de un rato.

¿Cuál? - dudo.

El que cada uno le hace una pregunta al otro y este la tiene que responder - explica - así nos conocemos mejor.

Bueno - acepto.

Yo empiezo - dice - ¿color favorito?

Naranjo - respondo.

Me siento estafado- reclama - se nota que prefieres McLaren.

No tiene nada que ver - digo.

Supongamos que te creo - dice alzando una ceja.

¿Perro o gato? - sigo con las preguntas.

Perro obvio - responde.

¿Por que llegaste golpeada el otro día en el desayuno? - cuestiona.

Paso - digo evitanto el tema.

No, quiero saber, ¿en que estas metida Alison? - interroga.

En nada que te importe - digo cortante.

Y volvimos a ser la antipatica de siempre - dice Max.

No soy antipatica - contradigo.

Eso no es lo que piensa todo el mundo, estas empeñada en alejar a la gente, miras con mala cara al que se te pase por delante ¿No crees que es hora de cambiar? - cuestiona.

No voy a cambiar para agradarles a los demás, prefiero ser tal y como soy - digo molesta.

Pero así espantas a la gente, deberías ser alegre y amigable - dice.

No tienes derecho a opinar si ni siquiera sabes por qué soy así - empiezo a alzar la voz.

¡Entonces dímelo! - grita - ¡Solo exageras las cosas para evadir el tema!

¡No, porque no confío en ti! ¡Porque me di cuenta que lo único que haces es juzgar! - exclamo.

¡Bien! - grita.

¡Bien! - respondo.

Me voy a mi habitación, no estoy para pelear con amargadas - dice parándose y sacando un pedazo de pizza.

Pudrete - le respondo parandome también y me dirijo al jardín....