Capitulo 3

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Aquellas palabras tuvieron un efecto inminente en ambos estudiantes, quienes, inconscientemente, se habían llegado incluso a achantar.

En mitad del escenario, Nagatoro apretaba los puños con fuerza sin dejar de gruñir. Situado a unos cuantos metros por detrás de ella, Naoto - senpai la observaba entre sorprendido y decepcionado.

Naoto: (guardando silencio y con la mirada oculta bajo sus mechones de pelo)

Sin apartar la vista de sus dos objetivos, la estudiante pelinegra se encaminó hacia ambos estudiantes.

Estudiante 1: (esbozando una sonrisa prepotente) Vaya, vaya... Estoy realmente sorprendido... Y pensar que nuestro querido Naoto, se haría amigo de alguien con esa bravuconería...

Estudiante 2: (riéndose) Bueno, ¿ya lo sabes, no? ¡A menudo, el más inesperado es quién luego nos sorprende!

Con sus risas, burlas e insultos de fondo, Nagatoro iba perdiendo lentamente la poca paciencia que le quedaba. Si realmente odiaba algo, era ver como alguien que no fuese ella misma se metía con su senpai.

Nagatoro: "¿Es que acaso no me han oído...?"

Empezando ya a estar harta de esa repulsiva prepotencia que desprendían ambos estudiantes, Nagatoro apretó los dientes entre greñas.

Nagatoro: (casi entre susurros)
D - Desgraciados...

De pronto y, de manera inconsciente, la ira que brotaba su interior se trasladó por completo a la tensión de se respiraba en el ambiente.

Sin notarlo tan siquiera un poco, ambos estudiantes continuaron inmersos en sus propias carcajadas mientras que, alrededor del patio del instituto, las miradas del resto de estudiantes desde las ventanas de las aulas, se dejaban notar; cosa de la cual, se percató únicamente Naoto.

Naoto: (algo sonrojado por la vergüenza) "M - Mierda... ¡Nos está mirando todo el mundo... ¿Qué debo hacer?!"

Fijando de nuevo su atención en el transcurso de aquella patética discusión, Naoto trató de armarse de valor y detenerlos, sin embargo, en el instante en el que trataba de hablar, las palabras no le salían. Completamente aterrado por lo que ello significaba, el rostro del estudiante pasó rápidamente a estar pálido.

Naoto: "¿¿Por qué demonios no puedo decir nada??"

De pronto, las voces de sus compañeros se reprodujeron en su mente.

Estudiante 1: "¿Alguien tan lamentable como tú tratando de hacerse notar...?"

Estudiante 2: "¡Deja ya de hacer el gilipollas y ríndete!"

Naoto:(temblando de miedo) "Y - Yo..."

Frente a sus ojos, las ilusiones de ambos estudiantes iban creciendo en tamaño.

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