Capítulo 13 - "Adios, senpai"

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Sin darse cuenta en lo absoluto, Naoto abrió los ojos de par en par y, acompañándose de una cadena aparentemente infinita de bocanadas de aire, se incorporó hasta quedar sentado. Por la expresión en su rostro pareciera que su sueño había sido perturbado por una pesadilla maliciosa, no obstante, le verdad en sí misma distaba demasiado de aquella insinuación.

Naoto: N - No puede ser cierto.... No puedo haber.... No puedo haber regresado....

Nagatoro: ¡Senpai, déjate ya de tanta gilipollez que no haces más que pegarme un susto tras de otro!

Naoto: “¿Ah?”

Como un pobre desquiciado, Naoto encaminó el rumbo de sus pupilas en dirección al lugar de procedencia de la voz; y para concretar, a una zona de color café.

Nagatoro: ¿¡Y ahora qué tanto me miras!?¿¿Que acaso me veo extraña o qué??

Naoto: (...)

Por su parte, el silencio del muchacho se encargaba de describirlo absolutamente todo. En aquél momento, su cabeza parecía una estación de cables entrecruzados en forma de un enorme ovillo metafórico. No había ni por dónde comenzar a tirar.

Naoto: “¿D - Debería probarlo por si acaso funciona al final?

Nagatoro: (...)

Su pensamiento lo trasladó a un pasado no tan remoto en dónde su maestro, mentor y pad...... {Editor: qué hacés gil? No es esa historia}

Aferrándose a más no poder a su deseo, Naoto se decidió finalmente a plantarle cara a la misma retaca que le llevaba robando el almuerzo desde párvulos y, haciendo la peor actuación que jamás haya llegado a verse en escena y sin ella, trató de adoptar una expresión de poker total.

Naoto: ¿Y qué si es así?¿Acaso tienes algún problema, eh?

Nagatoro: ¿S - Senpai?

Naoto: Ya estoy más que harto de que hagas lo que quieras conmigo; me maltratas; te mofas a mi costa.... Me engañas como a un bellaco y me utilizas

Nagatoro: S - Senpai, yo....

Naoto: ¡¡NO, SENPAI NO!!¡¿QUÉ ACASO NO LLEGASTE A ENTENDER MIS PALABRAS O QUÉ OCURRE CONTIGO, MALDITA SEA?!

Como si se tratara de una bomba de relojería, todo lo que el estudiante tenía acumulado dentro de sí salió despedido en todas direcciones; cayendo sobre el único objetivo que tenían de por medio, y arremetiendo contra él sin decoro alguno. Y justo después, todo se sumió en silencio.

A cada lado de la balanza, los dos estudiantes de preparatoria mantenían la cabeza gacha tratando de no intercambiar miradas ni tan siquiera por mero accidente. Naoto porque ya no sabía que más decir y poco más tarde terminaría por procesar lo que acababa de ocurrir; en el caso de Nagatoro, porque aún seguía sin acostumbrarse a los prontos de su senpai.

Nagatoro: .... ¿Ya te quedaste agusto?

Naoto: (colocándose las lentes con torpeza) S - Sí.... Supongo que sí

Nagatoro: Bien

Pero volvió a callarse. Segundos más tarde, Naoto creyó escuchar como en la distancia la colegiala se apoyaba para ponerse en pié de una buena vez y, derivado ya por costumbre, cerró los ojos aguardando la caída de una nueva burla que rompiese con aquél momento tan incómodo.

Naoto: “Justo ahora debe de estar por caer. Siendo ella seguro se me acerca y....”

(Chirrido de una puerta)

Naoto: “¿Eh?”

Pero ese acontecimiento jamás llegó a ocurrir. Cautivado el impulso auditivo de aquél repentino ruido, Naoto abrió los ojos sin vergüenza alguna y tan pronto como visualizó la escena, sus pupilas se dilataron considerablemente.

Naoto: ¿Q - Qué haces...?

Nagatoro: (dándole la espalda) Con esta ya es la segunda vez que te pones así conmigo. O al menos la segunda ocasión en la que logras que te tome enserio

Naoto: “Espera, ¿qué está pasando?”

Nagatoro: Aquella vez, te fuiste y me dejase con demasiadas cosas en la cabeza y centenares de palabras enredadas en mi garganta. Debo reconocer que nunca antes había sentido tanta impotencia en cosa de un instante. Pero pasó, y la sentí.

Con el tono de voz de la joven y las palabras que salían de su boca, solo un tonto habría podido ignorar el hecho que estaba por sucederse. En contexto, Naoto se llevó la mano a la altura de su pecho y agarró con fuerza de su camisa.

Naoto: (latidos descontrolados) ¿Acaso está.... Acaso está volviendo a ocurrir de nuevo?¿Qué es esto que siento por dentro? Duele demasiado”

Nagatoro: Pero hoy no ocurrirá de nuevo. No volveré a ser vulnerable. Y la razón es......

Una lágrima resbaló desde sus mejillas y cayó sobre el piso. Con el silencio del desván, no costó mucho lograr escucharlo.

Naoto: “No....”

Nagatoro: Porque ya no tendrás que volver a echarme de nuevo je *snif*

Naoto: “N - Nag....”

Nagatoro: Enserio te lo digo, senpai. Gracias por haberme aguantado tanto tiempo. Gracias por no haberte cansado de mí a los dos días. Y gracias por los meses que hemos podido pasar juntos......

A poco, la joven logró contener una abrupta oleada de lágrimas de tortura que amenazaban con salir de repente y quebrarle la voz de la manera más cruel posible. Pero de milagro pudo contenerlas y proseguir normalmente dentro de los límites que su discurso le permitía.

Nagatoro: Sin embargo y aunque supongo que no me creerás, no soy tan egoísta como seguro me piensas, y hacértelo pasar tan mal a tí no me compensa.... No puede llamarse amistad a eso

Naoto: (...)

El primer golpe en seco acababa de llegarle a la boca del estómago de manera invisible. Le cortó la respiración y lo dejó sin palabras en el sitio.

Nagatoro: Solo te pediré un favor. Esa autoestima que acabas de enseñarme antes.... No la desperdicies; desarróllala.

Al tiempo de terminar la frase, Naoto se dispuso a levantarse. Sin embargo, tras respirar muy profundamente, Nagatoro lo interrumpió y se giró hacia él. Su rostro andaba sumido en un charco de lágrimas mientras una temblorosa sonrisa atravesaba el fiasco.

Nagatoro: Adios, senpai

Y, con esas dos palabras, el eco de la puerta volviendo a cerrarse finalizó con todo.

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