Genshin Impact | Situaciones

Tartaglia - soft 🌺

Espero que te guste este pequeño one shot 🌻 Si acaso hay algo que quieras cambiar, no dudes en hacérmelo saber. Se aceptan sugerencias y críticas ❤️ Sin más que decir... ¡vamos a ello!

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Perspectiva: Lumine
Narrador: Primera persona
Pedido de: _stupid1_
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De vez en cuando me preguntaba, ¿cómo es que había terminado convirtiéndome en la niñera de Teucer?

Suspiré con cansancio. A pesar del agotamiento, una brillante sonrisa curvaba mis labios. Cuidar de aquel pequeño pelirrojo podía llegar a ser más demandante que enfrentar a un mago cryo y a un mago hydro a la vez, pero también tenía mejores recompensas.

Alcé la mirada en dirección al cielo hasta encontrarme con las primeras señales de que el día estaba llegando a su fin. Las tonalidades azuladas de los familiares cielos de Liyue habían sido reemplazadas por llamativos colores rojizos que me recordaban vagamente al muchacho que estaba buscando. Fruncí el ceño una vez más antes de continuar mi camino por la ladera.

A juzgar por la posición del sol, hacía mucho que mi improvisada jornada laboral había llegado a su fin. Tartaglia solía regresar exactamente a las cinco en punto con una dulce sonrisa en los labios y unos cuántos dulces que solía compartir con Paimon como disculpa por hacerla vigilar a su pequeño hermano menor. Aquella tarde era una excepción.

¿Dónde se había metido?

No era común que se retrasara de esa forma. Tartaglia podía descuidar sus responsabilidades como Fatui de tanto en tanto, pero jamás se permitiría cometer una negligencia de aquel estilo cuando se trataba de Teucer. Entonces... ¿por qué no había regresado?

Negué con la cabeza en un intento por hacer que aquellos sombríos pensamientos desaparecieran de mi mente. Apenas faltaban unos metros para llegar al lugar que el muchacho había señalado en el mapa como su lugar favorito para encargarse de los asuntos privados de la Zarina.

Prefería mantenerme alejada de aquella zona montañosa, pero decir que jamás me había encontrado tentada a hacerle una visita solo para verlo trabajar era una mentira.

Arrastré las pisadas durante unos pocos metros más antes de frenar en seco. Mis pies se rehusaron a dar el siguiente paso y mi corazón pareció saltarse un latido en el interior de mi pecho. De repente, fui consciente de todos los detalles que había pasado por alto durante mi corta travesía.

Mi mano descendió cuidadosamente hasta alcanzar la empuñadura de mi espada, pero el objeto metálico jamás llegó a ser desenvainado. Mis piernas parecieron escuchar mis plegarias tan pronto como mis ojos se encontraron con la chaqueta de Tartaglia bañada en aquella sustancia rojiza cuyo espesor resultaba vagamente familiar.

Mis cabellos se pegaron contra mi frente por el repentino sudor acumulado, pero no podía dejar de correr. ¿Cómo había pasado por alto la hierba removida y el rastro que aquella sustancia rojiza parecía haber dejado a su paso? Era imposible pasar por alto la evidencia que se extendía frente a mis ojos: Había sucedido una batalla en aquel lugar.

Sentí la sangre hirviendo con descontrol en mis venas. Las lágrimas se habían acumulado en mis ojos, pero se rehusaban a descender por mis mejillas hasta que mi mente terminara de procesar lo que había ocurrido en aquella montaña.